la herida
tengo una herida
necia como la chingada
aferrada a no cicatrizar
la siento, todas las noches
al pegar mi mano al pecho,
nací con ella, y con el paso del tiempo
lo unico que la desgraciada ha hecho
es ensancharse más y más.
la he llenado de te quieros ajenos
de besos, de risas, de abrazos,
pero no cede y no lo hará,
le importan muy poco los comentarios bonitos
las adulaciones le dan igual,
siempre le pregunto qué quiere de mí,
qué tengo que hacer para no tenerla mas
y enmudece, la cabrona
y no me deja respirar.
ah, pero cuando apareciste
y me abrazaste con fuerza
por un momento, te lo juro
la condenada se cerró
ni siquiera noté
cómo con mis venas
te amarró y te encerró
dentro, muy dentro
de mi corazón
y ahora la muy perra
está terca
de qué nunca te va a soltar,
por más que yo le suplique,
ella muy tranquila
se hace del rogar.
te siento allí con cada latido que doy,
y no quiero tenerte, ya no
todas las noches al cielo le ruego
que te deje ir, que ya no te quiero aquí,
que voy a cuidar más de mí
que no tocaré la herida nunca más
que me has dolido tanto y tan fuerte
que ya ni siquiera puedo llorar,
me acabé las lagrimas tratando de sanarme,
me acabé las lagrimas tratando de alejarme,
me acabé las lagrimas tratando de olvidarte,
pero aquí siguen, los dos
ya no, por favor,
si esto es karma, una venganza, lo que sea
ya aprendí la lección
que alguien me cierre la maldita herida
o qué alguien te arranque de mí,
lo que pase primero,
pero ya no te quiero aquí.
tengo una herida
trazada a mano alzada
bien hechecita, la condenada
que no te deja ir
que en cambio se hace más grande
para que quepa más de ti,
y yo ya no encuentro sosiego,
ya no encuentro calma,
me dueles tanto y tan profundo,
que si te arranco
te llevas más de la mitad de mi alma.
necia como la chingada
aferrada a no cicatrizar
la siento, todas las noches
al pegar mi mano al pecho,
nací con ella, y con el paso del tiempo
lo unico que la desgraciada ha hecho
es ensancharse más y más.
la he llenado de te quieros ajenos
de besos, de risas, de abrazos,
pero no cede y no lo hará,
le importan muy poco los comentarios bonitos
las adulaciones le dan igual,
siempre le pregunto qué quiere de mí,
qué tengo que hacer para no tenerla mas
y enmudece, la cabrona
y no me deja respirar.
ah, pero cuando apareciste
y me abrazaste con fuerza
por un momento, te lo juro
la condenada se cerró
ni siquiera noté
cómo con mis venas
te amarró y te encerró
dentro, muy dentro
de mi corazón
y ahora la muy perra
está terca
de qué nunca te va a soltar,
por más que yo le suplique,
ella muy tranquila
se hace del rogar.
te siento allí con cada latido que doy,
y no quiero tenerte, ya no
todas las noches al cielo le ruego
que te deje ir, que ya no te quiero aquí,
que voy a cuidar más de mí
que no tocaré la herida nunca más
que me has dolido tanto y tan fuerte
que ya ni siquiera puedo llorar,
me acabé las lagrimas tratando de sanarme,
me acabé las lagrimas tratando de alejarme,
me acabé las lagrimas tratando de olvidarte,
pero aquí siguen, los dos
ya no, por favor,
si esto es karma, una venganza, lo que sea
ya aprendí la lección
que alguien me cierre la maldita herida
o qué alguien te arranque de mí,
lo que pase primero,
pero ya no te quiero aquí.
tengo una herida
trazada a mano alzada
bien hechecita, la condenada
que no te deja ir
que en cambio se hace más grande
para que quepa más de ti,
y yo ya no encuentro sosiego,
ya no encuentro calma,
me dueles tanto y tan profundo,
que si te arranco
te llevas más de la mitad de mi alma.
Comentarios
Publicar un comentario