la otra
le perdí el sabor a la vida; a las caminatas, a dibujar, a escribir, a las pláticas, a los edificios altos, sus ventanas y las cortinas bailarinas. le perdí el sabor a los libros, a las series, a un par de canciones, a los suéteres muy grandes y sueltos, a las uñas coloridas, al cabello corto. le perdí el sabor a enseñar, a levantarme temprano, a los marcadores nuevos, a la cara de emoción. no sé quien se viste con mi piel, porque esta no soy yo. o quizás si lo soy, y aún no acepto que dejé de ser lo que más me gustaba ser. esta nueva yo, se aburre rápido, y besa con prisa. la nueva yo, escoge lo que sea del armario, ya aprendió a combinar verde y rojo; le dio igual viajar, le dio igual no terminar libros, le da igual ver la lapicera llena de marcadores nuevos y no pintar. la nueva yo ya no dibuja, nada me había roto tanto el corazón. se encerró en un cuarto con llave y se la tragó. dice que la única que puede sacarse de ahí es ella misma. el problema es que no creo que quiera salir