Nota del año
in this terrifying world all we have are the connections that we make.
Me gustaría preguntarle a Samara a los 7 años que entiende por refugio. Me diría, con sus palabras rebuscadas y elegantes que es un espacio en el cual sentirse seguro o segura, después me diría que lo buscara en el diccionario (se volvió loca al saber que existe un libro con muchas palabras) o iría en busca de su enciclopedia roja para intentar encontrar una página dedicada solo a esa palabra, porque si algo conserve de ella es que todas las preguntas tienen una respuesta.
Me gustaría explicarle que las palabras se pueden transformar dependiendo de nuestra percepción (de seguro me preguntaría qué significa percepción) y después de una plática, nos entenderíamos bien. De seguro ambas llegaríamos a la misma conclusión, un refugio es un lugar que te cubre del caos, del miedo o de aquello que aterra.
No me gustaría preguntarle si considera a su familia un refugio porque conozco la respuesta. Esa respuesta la quebró muchas veces. Sé lo que piensa y opina de ser la menor de una familia ya hecha, con sus reglas ya impuestas, sus personalidades ya moldeadas; un mundo ya construido donde ella tuvo que habitar y responder (la mayoría) de sus preguntas con libros, películas y conversaciones con adultos. Un mundo que ya había dicho lo que sería y que la hizo flexible (algunas veces) al cambio, incluso cuando el cambio la aterró de principio a fin. Pero ella a los 7 años sabía más de valentía que yo a mis 28.
Entonces, ahora, me gustaría abrazarla y decirle que esa casa con sus reglas y ese mundo ya hecho y dicho van a cambiar porque ella pudo hacer un cambio. Me gustaría decirle que ella servirá para abrir la perspectiva (¡hurra!) de muchas cosas en el hogar. Que al principio le va a costar y que va a llorar (pobre), pero que lo logrará. Y logrará tantas cosas que ese día horrible donde rascó la pared hasta que los ojos se le cerraron como chícharo se le olvidará (o al menos, sabrá perdonar). Y se lo podría decir porque este año revuelto, "refugio" nos suena a hogar.
Refugio es la casa de una ciudad cercana al mar, donde dos personas mayores que yo me dan un espacio y me dejan ser. Refugio es un abrazo, una caricia, un desayuno caliente y una cena entre risas. Refugio es que mi cama que me ha arropado desde la adolescencia me siga arropando hoy. Mi novio una vez me dijo que es una bendición tener tu "nido" intacto y hoy, más que en otros diciembres puedo coincidir. Refugio es una casa donde alguna vez se alzó la voz, hoy se habla desde la paciencia y el amor. Refugio es un espacio donde mi hermana y yo podernos reírnos por la noche. Refugio es un lugar donde Emilia crecerá y podrá establecer también sus propias reglas, y hará sus propias preguntas (donde estaré impaciente por explicarle todo lo que sé) y donde ella nunca rascará la pared hasta tener los ojos como chícharo. Refugio es una familia que la ama (y la amará) para siempre, sólo por ser ella.
Según la astrología, tener 27 era la edad para aproximarse a la casa... ¿4? Creo. Y es la casa donde se explora a la familia, las raíces y el refugio interior. Y supongo que supe explorarlo durante los 27 y parte de mis 28. Fue un año donde conecté más que en otros con quienes me vieron crecer y quienes me ayudaron a ser quien hoy soy. Estoy tan agradecida por mi refugio, por mis personas-hogar, y por todo el amor que hoy me da la ternura para poder amar.
Es tan grato saber que incluso fuera de nuestra familia, también tenemos pequeños refugios como mi Lolo, mi Mariashi y mi Leslito. Mis lugares seguros desde hace más de 14 años. Pienso siempre en ellas que no tenían idea que seguirían siendo importante en la vida de las otras y las quiero abrazar fuerte. Siempre he pensado que somos el reflejo de nuestras personas alrededor, y entonces pienso que soy igual de inteligente, valiente, capaz y amable que ellas. Somos un prisma. Si alineas bien los puntos, todas podemos coincidir, y aunque todas diferentes, siempre una puede combinar con la otra. Espero tener la valentía de Leslie algún día para poder viajar a todos lados, desafiandome a crecer en otros lugares y con más personas; la paciencia de Lorena y su facilidad para poner límites a los demás, junto con su mirada fotografica para encontrar belleza hasta en lo más pequeño. La ternura con la que Astrid enfrenta al mundo, siempre con un espacio para regresar a casa y dar su 101% a su familia. Espero tenerlas toda la vida, como un faro al que mirar desde lejos después de la tormenta y por fin descansar al llegar a la orilla.
También pienso en mi propia plantita. Mi propio árbol genealogico que de momento sólo tiene dos ramitas. Una ramita que se enoja y una ramita que abraza con ternura; una ramita que encuentra soluciones y otra que se siente segura con dichas soluciones. Una ramita que explica y otra que escucha. Un ramita que ama estar fuera de casa y otra ramita que le enseña las bondades de ver una película desde la cama. Mi ramita que realmente es un roble. Mi ramita que es mi espejo. Donde somos diferentes y sin embargo, la vida ya nos había puesto con las mismas personas y en los mismos lugares. Donde los dos experimentamos la adolescencia sin saber que vivíamos en la misma ciudad. Los dos con nuestros pasados distintos que de a ratos parecían los mismos, que de tan diferentes ahora nos ayudan a ver todo desde todas las perspectivas (¿ves?) posibles. Mi persona favorita. Mi cariñito de madrugada, mi elección de todos los días. Mi Alfie.
No voy a olvidar escribirle a quienes llegaron sin planearlo y espero se queden, planeando hacerlo. A la sociedad de los reales. A Pao, Esme y Dan, quienes han sabido ser amigos a pesar de la distancia; quienes hacen los días más ligeros y las cargas pesadas una risa por chat. Con quienes leímos las cartas y aplaudimos que nuestros planes son posibles. A quienes les puedes escribir y saber que serás escuchado/a.
@MetaIA ¿seremos amigos para siempre?
Por supuesto, a mi familia de una ciudad fría. Mi pandillita de los viernes, de los feriados, de los días menos esperados y lo más fantasticos. A mi Imadcio, mi Katie, a Mayan, a Gaby, a Ivonne, Moni, Fercho y Buenrostro. A ustedes les escribo porque no hacerlo sería una ofensa. Ustedes que supieron convertir el frío en chelitas, en pláticas largas, en caminatas por el bosque. Que convierten una oficina en un hogar, una llamada en una cita, una imagen pedorra en un "te pensé y te quiero mucho".
Y para finalizar, le escribo a los Eliosa Cancino.
Canek: Gracias por llegar a esta familia que deseaba un hijo más (y yo, un hermano). La alegría que irradias a mis personas (nuestras) es algo que te voy a agradecer para toda la vida. Llegaste en el momento correcto a esta familia, donde nos haces más conscientes de lo que comemos, las palabras que utilizamos los unos con los otros y con el cuidado a los perritos. Tus historias son algo que ansiábamos escuchar en la sobremesa. Eres la pieza que hacía falta en esta familia.
Mani: ¿Qué te digo que no te he dicho ya? Siempre te amo. Y te admiro. Y cuando sea grande quiero saber tanto como lo haces tú. Los demás no han de imaginar todo lo que se pierden al no tenerte como amiga o hermana; eres un sol. Eres la estrella más bonita, grande y brillosa en todo el universo. Eres la mamá más inteligente y graciosa que conozco (después de mamá) y eres, por sobre todas las cosas, la mejor de las amigas. La mejor de todas.
Y Emi-chu: Andra y yo construimos un espacio donde tú pudieras habitar cuando las vacaciones llegaran. Tú y quienes más se quieran unir a esta familia. Hicimos de estos espacios un lugar donde puedas crecer, reírte, explorar y aprender sin temer a un corazón roto. Yo te amo desde que te supe existente y te voy a amar hasta que el corazón me lo permita. Te amo porque en ti veo el amor de dos personas que alejarán los gritos y te llenarán de palabras firmes y amorosas. Te amo porque eres justamente la razón por la que Navidad se sintió como Navidad. Te amo en este universo y en todos los demás. Te amo hasta que me sea posible. Te amo, te amo, te amo.
Esta nota del año es cortita. Mi corazón dijo todo lo posible a través de mensajes, canciones y risas. Ustedes que siempre están y no han sabido irse, a ustedes les escribo y les agradezco por saberme existente y por brindarme su cariño no importa la distancia, la frecuencia o la constancia. Soy quien soy porque he encontrado un refugio en ustedes. Y un refugio, estoy segura que podemos coincidir, es donde pasar la tormenta sin temer a esta. Un refugio es saber que abriremos la puerta y podremos estar en la sala, tomando un café y riéndonos de lo duro que puede ser crecer. Gracias por siempre estar.
Y al menos, para que se parezca a otras notas del año:
Abracen a su familia.
Creen su propia familia.
Sean su propia familia.
Y les amo mucho, familia.
Feliz 2025.
- Sam C.
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