Le regale mi mundo a quien menos esperaba.

Me basto una mirada para saber que te ibas a ir.
Que con el viento te ibas a marchar, como una hoja, como una idea, como un suspiro.
Dejarías todos nuestros planes para no volverlos a armar.
Y yo te esperé.

Te esperé incluso cuando terminaste con mis ganas de ser paciente.

Te esperé porque sabía que querrías estar conmigo, o eso me gustaba pensar.
Te esperé, aunque en el fondo sentía que tu ya eras feliz.
Te esperé, porque tu le diste otra forma a mi mundo, y esa forma para mi era perfecta.
Perfecta, perfecta como las hojas del otoño, ni verdes ni amarillas, ni rojas ni marrones, el color perfecto.
Eramos perfectos.
Tus imperfecciones que iban tan de acuerdo con las mías.
Tus gestos, tu voz, tu mirada, tu sonrisa, tus orejas tan pequeñas, la forma de tus labios, y esa manera tan bonita de sonreír cuando decías mi nombre.
La forma en que mi mano concordaba tan bien en la tuya.
Tus abrazos, la melodía de tu voz en la otra parte del telefono.
Eras tan tu, y ese tu era perfeccion.
Entre todos los ojos del mundo, y solo eras tu.
Entre todas mis pasiones, y solo tu.
Entre todos mis habitos, mis manias, y tu, tu, tu.
Eras tu.
Mi unico "tu."
Y eramos tan nosotros, que no habia espacio en mi mente para mi.

Y de ahi nacio el problema.

¿Donde quede yo?
¿Bajo las ramas de los arboles para esperar por mi? No.
Yo estaba ahí, pero no me quería ver. Un tu opaco un nosotros.
Un "tu" destruyo un "mi".
Entonces fue mi error.
Al fin, algo que era mio, no de nosotros, no de ti. Mio.
Ya no habia un tu, ya no hubo un nosotros. 
Y cada uno penso en su propio "mi."


En ese momento te comencé a extrañar.

En ese momento busque un tu.
Pero ya no había nada del viejo tu... había otro tu.
Un tu que no pensaba en mi, un tu que solo pensaba en si mismo.
Entonces ya no podía hacer nada.
Entonces tu ya no hiciste nada.
Entonces te fuiste, pero yo esperé.

Le regale mi mundo a quien menos esperaba, y recuperarlo no iba a ser tan fácil, porque al buscarme, solo encontraba pedacitos de ti. 

Eran esos pedacitos que me hacían extrañarte.
Encontré el segundo error: Te extrañaba, pero no intente buscarte.
Y el mundo se vino abajo.

Te extrañaba y todas mis pasiones se fueron contigo.


Me quede con las manías, con los recuerdos, con todo lo que eras.

Esas cosas ya son mías.
Esas cosas que nos unían.
Me quede con un nosotros en la mente, en el corazón.
Tu te quedaste así, contigo mismo.

Y frente a mi, tengo el tercer error: Te esperé, te extrañé, pero, no te deje ir. No fisicamente, pero me quede con un pedazo de ti.


Te regale mi mundo y no lo esperé nunca, pero me gusto que lo tuvieras.

Me agrada la idea que hace unos ayeres yo te hice feliz, con ese pequeño planeta disfuncional que le llamo "yo."
Fuiste feliz.
Fui feliz.
Somos felices.

Te espero, te extraño, pero te dejo ir.

Gracias por habitar este mundo raro junto a mi. 







Comentarios

Entradas populares