¿Cuánto...?

¿Cuanto tiempo debería esperar? 

Un año incierto, improbable y al azar, encontrándome en otros ojos, jugando con otras manos o sonriendo con alguien más.

¿Cuantas horas de mi vida debo esperar?

Una, dos, quizá tres, hasta estar segura que ya no necesito de ti, que ya me cure por completo del síndrome que se llama como tu, cuyo efecto es la tristeza y el vacío enorme entre las costillas.

"Era nuestro", me repite mi conciencia, "era nuestro y de nadie más; nuestro juego, nuestro tiempo, nuestros besos, nuestros secretos..."  Y aunque se que tiene razón, esquivo las palabras porque eso lo se, no vale la pena escuchar el mismo lamento una y otra vez, es como estar en misa, en un lugar al que recurro constantemente, me marea el mismo sermón todos los días. 

Se que era nuestro, yo lo sentí, al lado izquierdo de mi pecho, cuando mi corazón gritaba que no te dejara ir, y mi mente le tapaba la boca para que yo no escuchara, pero a mi mente como a la gente, se le olvida, que fue mi corazón y que por consiguiente, fui yo quien lo sintió.

"¿Qué estamos buscando?" Me pregunto siempre, cuando la respuesta es obvia.

Y al mismo tiempo me he de preguntar que es lo que tu buscas o si lo has encontrado... Las preguntas huecas de siempre, cuya respuesta siempre terminara hundiendome.

¿Cuanto tiempo? ¿Cuantas lágrimas? ¿Cuantos suspiros? ¿Cuanto?

No se. 

La loca de las mil manías se ha quedado más quieta que un auto de control remoto sin baterías.

¿Cuanto tiempo debería esperar? Para saber si debo buscar, si debo encontrar, si debo desear o debo irme a otro lugar donde el pasto sea verde otra vez... 

Lo improbable, lo absurdo, las cosas al azar, el dolor y la emoción, las ganas de volar, el miedo a las alturas, mi amor más grande, mi niño, mi todo.

Por hoy, para siempre, con odio, con ternura, con pasión y con desprecio; Te amo.

¿Por cuanto tiempo más lo debo ocultar?.

¿Cuanto más debo esperar?

¿Cuanto más...? Sólo dime cuanto más.