No me digas princesa.

Que asco, no me digas princesa.
No te comprometas a decirme palabras bellas si después te iras.
No quiero que te desveles para probar que me quieres.
Me da asco pensar que soy una más del montón.
Deja de jugar.

Detente, no vas a lograr más.
No quiero estar al pendiente de un patán.
Un todas mías, un trueno los dedos y estás acá.
Basta, no soy una admiradora...
Sé querer.

De mi parte no tendrás un buenas noches, descansa,
un eres uno en un millón.
No te comprometas a mostrarme que no eres como los demás,
¿Crees que te voy a querer?
¿Crees que de verdad voy a tratar de hacerte cambiar?

Apareciste porque quisiste,
y te irás porque yo no querré tenerte.
¿Me explico, o te lo simplifico?
No voy a quererte.

Podrás esforzarte por hacerme creer que seré la única en tu lista,
podrás decir que quieres que sea la dueña de tus pensamientos.
Ay, corazón...
¿De verdad?
Tu corazón cambia de amor cada 2 meses...
Y ¿Sabes qué? En dos meses puedo hacer muchas cosas.
Perder el tiempo no está en mis planes.

Que asco, no me digas princesa,
no me des las buenas noches, tampoco los buenos días.
Yo sé que buscas,
y sinceramente, no creo que aquí lo consigas.

Camina, anda, busca algo más.
No me digas princesa, porque en serio,
estás princesas de ahora pierden la corona a cada rato.

No confío en los chicos como tú,
y lo más triste, es que no pretendo hacerlo, ni hoy, ni nunca.


No me digas princesa,
no soy del montón.
No te haré cambiar, y mucho menos,
lograrás tener mi corazón.





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