Untitled 5.
A veces te encuentro en el café por las mañanas,
cuando roso mi sien contra la almohada,
o cuando corro las cortinas para que el sol de en mi cara.
También te encuentro en mis libros,
en las libretas donde dibujo,
en los paseos por las tardes,
en el viento de febrero,
en el sol de marzo,
en los días de abril.
Estás donde el eco tiene voz propia,
donde las cascadas no tienen agua,
en la risa al azar al cruzar la calle,
en las rocas que pateo cuando no puedo pensar en nada más que en llegar a casa,
estás en donde no hay nada,
y que peculiarmente la ironía yace allí.
Estás en la reproducción aleatoria,
en mis sueños, en mis grandes, y estúpidos sueños,
estás en el almuerzo, ocupando la silla vacía,
en la ventana del vecino,
en la silla fuera de cualquier casa que sea blanca...
porque sé que el blanco es tu color favorito.
Estás y no estás.
No sabría como hacerte entender que te extraño,
y por eso en la soledad, estás,
y cuando no la hay, estás,
y cuando me rio de lo anticuado, estás,
y cuando sueño despierta, estás...
Pero de que me sirve que estés,
si no te puedo sentir, no te puedo tocar,
y que los recuerdos que me mantienen a flote,
también me hacen dudar,
que a veces con tanto delirio,
no sé si de verdad te tengo,
o simplemente no estás más.
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