Uno de esos días.

Hoy es uno de esos días.
Prometo no llorar mientras escribo, pues el dolor de cabeza ocasionado por los virus no me deja hacer más que estar quieta, ergo, hoy es uno de esos días.

De esos días donde no sé ni siquiera mi nombre, ni las cosas que me gustan, ni lo que me obsesiona, no se nada de nadie ni de nada. 
Por lo tanto es uno de esos días, pues al no saber que me gusta, todo me da igual.

¿Es una especie de acedía, o sólo me estoy volviendo lo que mi cabeza dice que soy?
Tal vez sólo estoy contemplando mi soledad desde una perspectiva donde da igual, donde no es tan importante ni tan deprimente, es sólo la soledad misma en forma de gato enfrente de la ventana.

Me leo y se que perdí el toque para escribir.
Que perdí más de lo que gane.
¿Y para que hacer más grande el abismo, si al final no tiene fin?
Por ende abismo.

La vida misma es un abismo enorme, una fosa que tiene hongos para decorar sus paredes llenas de recuerdos que no son recuerdos, y que sólo fingen serlo.
"Lo que hubiera pasado sí..." Les llaman.
El recordar lo que no hiciste y hubieses tenido el gusto de hacer, y lo veo, otra vez saliéndome del tema porque ya se me olvido como escribir coherentemente.

Es uno de esos días sin lugar a duda.
Una mentira, un engaño, una verdad que no es verdad y que juega a ser feliz siendo lo que no es.
Y vale la pena comentar y resaltar que no es una nota de amor, como las recurrentes.
Es una nota de auxilio, porque no se en que parte del mapa gigantesco que se supone que se llama vida, estoy.
O puede que no este.
O puede que sea tan sólo otro día más de ese tipo de días y al irme a dormir, convierta recuerdos en abismos que no son abismos, en hubieras que no son hubieras.

Tal vez sólo estoy cambiando de parecer.
O tal vez, tan sólo tal vez, y esperando que pueda ser el tal de un vez, sólo sea uno de esos días.

Esperando que se entienda, o mínimo sea leído, me despido de una nota que no tiene remitente ni destinatario.









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