La dedicatoria sería muy obvia.

Lo siento, hoy lo puedo ver desde una perspectiva distinta: Merezco ser feliz. Merezco la felicidad que tú nunca tuviste el valor de darme.
Hoy lo veo, sí, porque duele, en el fondo de las cosas que aun no puedo perdonarte, pero que igual no importan, porque puedo seguir mi camino sin que estas acciones me lo impidan.
Hoy soy más fuerte ¿Te conté? Ya no se que es la dependencia, ya no sé que son los besos forzados, los abrazos por compromiso, los días nublados, los días soleados que parecían nublados... Simplemente ya no sé que es estar triste por culpa de alguien.
Brillo por mi propia cuenta, ya no soy la luna, un reflejo tuyo. En esta historia soy mi propio sol.
No sé cuánto tiempo ha pasado desde que te deje ir, pero no me pesan las horas como creí que pasaría.
¿Sabes? Hace mucho que me siento feliz, lo cual es bastante raro en mi, dado que necesito la tristeza para poder escribir como a mi me gusta.
Y ¿sabes? Nunca había estado mejor.
Hoy te puedo decir que no te extraño, menos te necesito, y te escribo todo esto porque en definitiva es la última entrada en mi blog que te dedico.
No es porque te odie, porque aun duela, simplemente es para despedirme, y para contarte que gracias a ti estoy donde estoy.
Tú me impulsaste a dejar aquella ciudad, a curarme las heridas aunque en el proceso doliera.
Tú pusiste ese grano de arena que faltaba para desmoronarme y destruirme, y yo puse esa energía para volver a armarme, ¿y te digo? Me gusta mucho la forma en la que estoy compuesta ahora.
Tú me tiraste sin intenciones de enseñarme a levantarme, pero de igual forma aprendí.
Hiciste muchas cosas mal que al final fueron para mi bien.
No era la forma, pero lograste que aquella chica insegura se transformará en alguien que ahora se puede aceptar un poco mejor.
Brillo por mi cuenta desde que te deje ir, y espero que logres brillar mas, o mejor que yo. Sin rencores, sin odio, y deseándote lo mejor desde siempre.

¿Y sabes qué más me enseñaste? Me enseñaste que es necesario alejarse antes que alejarse sea la ultima opción.
Gracias, porque no sé que otra palabra quedaría mejor con lo aprendido.
Y ¿te digo? Lo siento, pues hoy aprendí que merezco ser feliz, y que la única persona a la que necesito, esta dentro de mi, y esa soy yo.

Deseándote una vida llena de felicidad, me despido.
Que tus sueños se logren, y no dejes de ser tan tú.
Ya verás como el sol volverá a brillar.
Te quiero, no lo olvides, pero tampoco lo recuerdes del todo.


Y ya sabes, muchas gracias.

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