2014.
Este año definitivamente fue un torbellino.
Que decir... Vaya año.
Vaya sucesos.
Vaya tragedias.
Vaya experiencias.
Vaya, bueno, vaya año.
Con sus 365 días soleados, nublados; días grises, días azules, días naranjas, inclusive días con más de mil colores.
Días que no fueron fáciles, días que fueron bastante sencillos, y al fin y al cabo, días que fueron días.
No sé como comenzar, porque es la primera vez que le hago una entrada a lo que fue de este año, sólo puedo decir que fue un año maravilloso.
Conocí personas que ahora forman parte de mí. Personas que sin duda me hicieron sonreír, llorar de risa, y me atrevo a decir, que algunas veces lograron verme, cuando se supone que yo era invisible.
Hice amigos, y a su vez también los perdí, aunque no me duela ahora, porque decir adiós es parte de crecer, y supongo que esta vez no me asusta ni un poco.
Logré aprender a reconocer cuando una sonrisa es sincera, también cuando una es totalmente falsa.
Aprendí que mis heridas se curan con tiempo, con una libreta, colores y muchas, muchísimas lágrimas.
Que el tiempo es sumamente lento cuando de olvidar se trata, y sumamente rápido cuando tomo su mano y me olvido que existo... O no.
Le dije adiós a mi hogar, a mis padres, a mi familia, y a mis perros... Y Dios, sí que es doloroso estar lejos de ellos.
Conviví aún más con mi hermana, y aprendí que es la persona más maravillosa que hay sobre el planeta, decir que la amo se queda corto... Después de todo, ella fue mi primer te amo, y eso es lo más dulce que ha salido de mis labios cuando de ella se trata.
Andie, si lees esto, quiero que sepas que amo ser tu hermana, tu hija postiza, y tu mejor amiga.
Le dije adiós a mi pueblo... Mis mejores amigas,
Le dije adiós a Astrid y a su bullying continúo.
Le dije adiós a Leslie y a su risa que me da risa.
Le dije adiós a Alexis y a sus consejos.
Le dije adiós a Lorena y a su humor extraño.
Le dije adiós a Carla y a su mal humor.
Pero ellas me recibieron con un hola cuando estuve de vuelta, y volver me supo a gloria,
Porque ellas saben que en el fondo de mi corazón, cada una tiene un espacio bien grande, un espacio que no puede ser habitado por nadie más que no sean ellas.
Las amo, mucho, aunque siga sin entender nuestras conversaciones.
Quédense toda la vida junto a mí, por favor.
También le dije adiós a Bubba, y su reacción al verme, me dijo que el me extraño de igual forma.
Bubba, tú no leerás esto, pero quiero que sepas que eres el mejor amigo que un humano podría tener.
Pero lo más importante: Le dije adiós a las personas que ya no eran necesarias en mi vida.
Logré cerrar ese circulo, esa herida... Y el proceso de cicatrización va muy bien.
Igual debo aclarar que él me enseño algo que nadie más pudo hacer: Aún con los ojos abiertos, con las heridas en las manos, con el llanto oprimido, y con las pocas ganas que se tengan, se puede lograr decir adiós, y continuar.
Gracias, en especial, por enseñarme a quererme, y por las cosas que fuiste en el 2014.
En conclusión, gracias.
Por las risas, por los momentos donde necesite de ustedes y estuvieron allí.
Por enseñarme más cosas sobre la vida, y por estar, simplemente, muchas gracias por estar.
Espero estar tomando su mano el próximo año, y aprender a abrazar... Tú entenderás.
(Hey, también gracias por aparecerte.)
Que este año logremos aprender más cosas, y que sea de buena salud (No más Tifoidea, por favor), de experiencias, y de risas largas.
Un abrazo gigantesco a quién logré leer esto sin aburrirse.
Los adoro con cada misero centímetro de mi cuerpo, con cada pestaña que tengo, y con cada latido de mi corazón.
Feliz 2015. 2016, etc.
Ustedes hicieron mi año.
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