Quizá soy quién soy.

Me gusta mi primer y único nombre.
Me gusta mi edad, y la edad que aparento.
Me gusta quién soy, y porqué lo soy.

No, no me gustan algunas historias acerca de mí.
Tampoco me gustan los gritos,
las peleas,
cualquier cosa que interrumpa la paz.

Aprecio los detalles al caminar,
las grietas,
las plantitas que se atreven a salir de ellas.
El brillo del sol en las plantas,
las sonrisas ajenas,
el sonido de mis pasos,
el cantar de los pájaros.
el viento sobre mi cara,
incluso uno que otro silbido. 

Quizá y si soy un poco infantil,
quizá para mi madurar es tomar las decisiones correctas en cuanto a mi bienestar concierne.
Quizá si, me gusta muchísimo encontrarle el lado bueno a todo,
quizá y si me encuentro hablando sola, casi siempre,
pero me caigo muy bien.

Probablemente aparento ser una niña,
pero sé que ya no lo soy, 
aunque aún me divierto con lo más mínimo para no caer en la monotonía,
y bueno, nunca le encontré la prisa a crecer.

Soy inteligente, porqué me gustar serlo,
y soy bastante torpe, porqué me cuesta coordinar mis pasos.
Sí, me tropiezo hasta cuando estoy parada,
pero yo no le veo nada de malo.

Tengo unos padres maravillosos,
una familia que me quiere,
un perro que me ama,
y una vida por delante.

No me interesa caerle bien a todo el mundo,
y si logro caerle bien a alguien, no dejaría que esa persona se alejará de mí.
Así soy,
de las que se aferran y no sueltan hasta que la otra persona lo pide.

Sí, me rió de todo.
Absolutamente todo.
Me rió de mí misma,
de los demás,
de las cosas,
hasta de lo malo,
y sí, tengo un carácter de la chingada.
Me toco ser mitad y mitad.
Un poco fría,
lo demás caliente.

Quizá me toco ser quién soy por un millón de razones.
Quizá hay marcas sobre mi piel por los días que dejo de creer en mí,
o porqué el espejo me recordó lo duro que puede llegar ser amarte,
pero estoy feliz de estar viva.
Estoy feliz de tener cicatrices de guerras que logré ganar.
Estoy feliz de lo que tengo,
y también por lo que no tengo, pues eso me anima a conseguirlo.

Soy de esas que aún se detienen al ver animalitos en la calle,
de las que se distraen fácilmente,
de las que lloran hasta quedarse dormidas,
de las inquietas,
de las amargadas cuando algo no sale bien.
Soy de esas qué no tienen prisa por comerse al mundo.

Quizá si.
Quizá y soy bastante optimista
y eso me gusta no saben cuanto.
Después de todo,
me gusta encontrarle la parte bonita a todo.

Quizá soy quién soy por todas las veces que me caí y me levanté.

Y quizá soy quién soy,
porqué me toco serlo.
Y no saben cuanto me gusta la idea de ser la inquieta,
la dormilona,
la torpe,
la graciosa,
de ser yo. 







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