Tenía que decirlo.
Entonces, ¿qué es la felicidad?
Veía a las personas mientras iba a clases; todas ellas muy apuradas, con galaxias en la mente, probablemente, porque no veía distracción en sus miradas.
Todos tenían un destino al cual llegar.
El sujeto que iba manejando con la vista al frente, ni siquiera sonreía.
La señora que corría en la banqueta, respirando agitada sin necesidad de detenerse a ver que el sol estaba arriba de nosotros, calentándonos y evitándonos los abrigos. Y yo pensé, porque me está dando por pensar mucho para no darle entrada a la tristeza que va sentadita sobre mis hombros, siempre perfumandose las muñecas para no ser una carga tan pesada, según ella, pensé en qué tan felices somos, qué tanta importancia le damos a ser felices.
¿Realmente somos felices?
¿Somos felices?
¿Qué tipo de felicidad sentimos?
a) La persona con suerte que se ganó una casa.
b) Una mujer con un ser vivo en el estómago, sintiendolo crecer, sintiendolo parte de ella.
c) La persona que se vio al espejo y pensó "¡Adelgacé!"
e) O la persona que le bastó ver sonreír para sentir una tristeza efimera.
¿Qué tipo de felicidad sentimos todos los días?
¿Todos los días nos sentimos felices?
¿Es preciso sentirse feliz todos los días?
No lo sé.
Últimamente no sé realmente que es lo que siento. Siento una dicha pequeña al pensar que existe la posibilidad de librarme de la tristeza y su perfume.
Siento la brisa cuando camino a la escuela y agradezco por estar viva a pesar del hueco que me acompaña a todos lados y que no sé con que llenar... Porque soy una hoja maltratada con la oportunidad de tener algo escrito en ella, otra vez.
Porque no tengo intenciones de morirme de acedia sabiendo que tengo razones para vivir. Razones que también están vivas y me animan sin saberlo.
¿Soy feliz? Lo soy. Por instantes lo soy.
Soy feliz cuando veo a las personas corriendo apresuradas sabiendo que tienen un lugar al cual llegar; cuando veo que hay personas vivas a mi alrededor, aunque muchas de ellas no sepan si son felices o no.
Compartir la ignorancia de algo tan sencillo es una manera de no sentirse tan solo.
Y aunque no podría decir que todos los días estoy feliz, puedo decir que estoy viva y que estoy bien, porque estar bien no significa que estés feliz.
Estar bien significa que tienes lo importante, lo valioso. Lo que vale la pena.
Y en ese caso, sí, estoy muy bien. Tengo más de lo que imagino y me siento dichosa, otra vez.
Hoy no sé si estuve feliz, esperanzada, triste, muy triste... Pero hoy no me sentí sola.
No me sentí sola en lo absoluto.
Veo a los demás y puedo sentir que ellos también me ven. No soy invisible y no soy una historia triste.
No soy mi enfermedad.
Nunca seré mi enfermedad.
No soy ansiedad ni depresión.
Soy yo.
Me hace sentir bien ser yo.
No estoy feliz de ser yo, pero estoy bien por serlo.
Y algún día me gustaré, me amaré de la forma en la que amo a los demás.
Algún día sabré a donde voy y por qué voy.
Algún día podré responder todas las preguntas que me formulo acerca de la felicidad porqué sabré conocer a la felicidad de cerca y no como una visita efimera que también se perfuma las muñecas, y que al contrario de la tristeza, me sonríe. Me sonríe y siento la calma, y por algunos instantes me gusta quién soy y termino sintiendo que hay aire en mis pulmones, que valgo la pena.
No me da miedo quién soy.
No me voy a morir.
No soy una enfermedad.
Tenía que decirlo.
Veía a las personas mientras iba a clases; todas ellas muy apuradas, con galaxias en la mente, probablemente, porque no veía distracción en sus miradas.
Todos tenían un destino al cual llegar.
El sujeto que iba manejando con la vista al frente, ni siquiera sonreía.
La señora que corría en la banqueta, respirando agitada sin necesidad de detenerse a ver que el sol estaba arriba de nosotros, calentándonos y evitándonos los abrigos. Y yo pensé, porque me está dando por pensar mucho para no darle entrada a la tristeza que va sentadita sobre mis hombros, siempre perfumandose las muñecas para no ser una carga tan pesada, según ella, pensé en qué tan felices somos, qué tanta importancia le damos a ser felices.
¿Realmente somos felices?
¿Somos felices?
¿Qué tipo de felicidad sentimos?
a) La persona con suerte que se ganó una casa.
b) Una mujer con un ser vivo en el estómago, sintiendolo crecer, sintiendolo parte de ella.
c) La persona que se vio al espejo y pensó "¡Adelgacé!"
e) O la persona que le bastó ver sonreír para sentir una tristeza efimera.
¿Qué tipo de felicidad sentimos todos los días?
¿Todos los días nos sentimos felices?
¿Es preciso sentirse feliz todos los días?
No lo sé.
Últimamente no sé realmente que es lo que siento. Siento una dicha pequeña al pensar que existe la posibilidad de librarme de la tristeza y su perfume.
Siento la brisa cuando camino a la escuela y agradezco por estar viva a pesar del hueco que me acompaña a todos lados y que no sé con que llenar... Porque soy una hoja maltratada con la oportunidad de tener algo escrito en ella, otra vez.
Porque no tengo intenciones de morirme de acedia sabiendo que tengo razones para vivir. Razones que también están vivas y me animan sin saberlo.
¿Soy feliz? Lo soy. Por instantes lo soy.
Soy feliz cuando veo a las personas corriendo apresuradas sabiendo que tienen un lugar al cual llegar; cuando veo que hay personas vivas a mi alrededor, aunque muchas de ellas no sepan si son felices o no.
Compartir la ignorancia de algo tan sencillo es una manera de no sentirse tan solo.
Y aunque no podría decir que todos los días estoy feliz, puedo decir que estoy viva y que estoy bien, porque estar bien no significa que estés feliz.
Estar bien significa que tienes lo importante, lo valioso. Lo que vale la pena.
Y en ese caso, sí, estoy muy bien. Tengo más de lo que imagino y me siento dichosa, otra vez.
Hoy no sé si estuve feliz, esperanzada, triste, muy triste... Pero hoy no me sentí sola.
No me sentí sola en lo absoluto.
Veo a los demás y puedo sentir que ellos también me ven. No soy invisible y no soy una historia triste.
No soy mi enfermedad.
Nunca seré mi enfermedad.
No soy ansiedad ni depresión.
Soy yo.
Me hace sentir bien ser yo.
No estoy feliz de ser yo, pero estoy bien por serlo.
Y algún día me gustaré, me amaré de la forma en la que amo a los demás.
Algún día sabré a donde voy y por qué voy.
Algún día podré responder todas las preguntas que me formulo acerca de la felicidad porqué sabré conocer a la felicidad de cerca y no como una visita efimera que también se perfuma las muñecas, y que al contrario de la tristeza, me sonríe. Me sonríe y siento la calma, y por algunos instantes me gusta quién soy y termino sintiendo que hay aire en mis pulmones, que valgo la pena.
No me da miedo quién soy.
No me voy a morir.
No soy una enfermedad.
Tenía que decirlo.
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