Tú no me rompiste el corazón.

Tú no me rompiste el corazón,
yo deje que lo hicieras.

Tú no me hiciste pedazos,
yo te deje hacerme daño. 
Yo deje que el tiempo y tu actitud me lastimaran,
me hicieran inferior,
me dejaran expuesta a la tristeza.

Tú no me rompiste el corazón,
yo te di el poder de hacerlo.

Tú no fuiste el culpable de mi tristeza,
fui yo.
Yo, porque te deje dañarme con tus palabras.
Porque te deje experimentar que tanto podrías llegarme a enojar.
Te deje volver a conquistarme con un te quiero,
te hice entender que ni yo misma sabía lo que valgo.

Todo el tiempo fue mi culpa.
Sí, porque elegí callarme las cosas para no hacerte sentir mal.
Porque quise que funcionara sabiendo que me estaba destruyendo.
Porque a sabiendas que no eramos lo que cada uno necesitara,
volví una y otra vez a intentar ser lo que tú querías,
sólo para hacerte saber que eras importante para mí. 

Tú no me rompiste el corazón,
sólo te deje el camino abierto para tratar de hacerlo.

Yo fui quién se rompió el corazón.
Yo fui cuando te creí aun sabiendo que mentías.
Cuando creía que un beso curaba todo lo que habías dicho y lo que no.
Cuando ponías tu mano sobre mi mejilla y yo creía que eso era suficiente.
Yo me rompí el corazón cuando veía las pruebas y todavía así te defendía,
porque no fuiste un santo,
y aun así fui tu iglesia.

Yo me rompí el corazón cuando te puse te quieros en los labios sólo para callarme.
Cuando supuse que hacerte feliz era más importante que hacerme feliz.
Y era patetico lo dichosa que podía sentirme cuando creía que ganaba nuestras batallas...
Cuando creía que te importaba.
Cuando creía que realmente era todo lo que tú me decías.

Alguna vez creí que si no podíamos estar juntos era por mi culpa,
porque eras todo y tanto para mí. 
Porque fuiste más de lo que debiste, 
y es tan triste darme cuenta que también en eso me engañé.
Nunca fuiste lo que creí.
Nunca fuiste el héroe de ninguna historia,
ni el novio perfecto,
ni el mejor amigo.
Sólo fuiste lo que yo creí que fuiste.
El mejor novio,
el mejor amigo,
mi persona favorita.

Alguna vez te odie y pensé que me habías roto el corazón,
que me habías hecho daño y que todo era culpa tuya.
Alguna vez todo fue culpa tuya,
pero eso se acabó cuando pude verme en perspectiva a ti.
Siempre tuviste razón,
todo fue mi culpa.
Y si algo puedo decir, es que también en esto tuviste razón:

Yo no te rompí el corazón,
tú sola me dejaste hacerlo. 



Comentarios

Entradas populares