Espero que sea la última.



Espero que sea la ultima vez que te escriba en un buen rato. 
Ya no tengo fuerzas para seguir haciéndolo. 
Ni razones, ni motivos.
No es facil trazar caminos que de ante mano sabes que no te llevaran a ninguna parte.
Mucho menos te llevan a alguien, realmente...
Pero ya sabes como soy,
de las que intenta mil veces cuando quiere algo, 
o cree que algo le hace falta.
En fin, no estoy feliz de hacer esto, 
pero es por mi bien.
Me hace daño pensarte y ni mi medicina puede contra eso.
Eres más fuerte que la ansiedad y por eso te creo necesario.
Por eso te busco sabiendo que solo hay un par de cosas que hacen maravilloso tu encuentro.
Quizá imaginar que tú me quieres tanto como yo lo hago es lo que me motiva a buscarte;
y es ahí donde encuentro que mi remedio es dejar de pensar en que me quieres o dejar de pensarte,
que es lo más sano.
Por eso dejaré de pensarte y dejaré de sentirme desdichada cuando canceles.
Dejaré de pedir perdón cada vez que algo no me salga bien.
Y dejaré de cantar cuando te extrañe.
Dejaré de contar los días que me queden para olvidarte y dejaré de buscar tu cara en otras ciudades.
Voy a cambiar mis pasos, mis notas, mis sueños y mis ganas de lograr que me quieras por cosas más realistas.
Ya no te voy a usar de inspiración para escribir,
ni para pintar,
ni para lo demás.
No esperaré por tus mensajes y menos se cumplirá mi deseo de verte regresar.
Tengo que ser realista y aceptar que lo que tú quieres es por mucho muy distinto a lo que yo quiero.
No más excusas para verte.
No más días felices por haberte besado.
Me voy a deshacer de lo que queda e ti.
Suena tan difícil que quiero borrar todo y comenzar esto con un te quiero...
Pero ya fue.
De verdad que ya fue.
Repito: No soy feliz de hacer esto.
Si de algo sirve: Te esperé.
Si de algo funciona: No logré que me dejaras de gustar.
Si de algo consuela: Me alegra haberte encontrado.
Pienso dejarte ser feliz y sé que lo serás.
A mí sólo me quedan días grises, espero que los tuyos por fin sean totalmente blancos.
Hay un pájaro que respira dentro de una caja frente a mí.
Lo veo inflar su pequeño pecho mientras intenta dormir y sé que algo le duele.
Los dos tenemos algo en común: Ambos podremos volver a volar hasta que estemos curados,
y lo único que nos queda es tiempo.
Te amo con cada mísero centímetro de mi cuerpo
y dejarte ir es un infierno...
pero es por mi bien.
Espero que sea lo último que te escriba en mucho tiempo o si es posible,
la ultima vez que lo haga.


Sacado de "La libreta". 

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