Untitled 20.

https://www.youtube.com/watch?v=p-U1lubjFnU
Feel the feeling.



Estoy maravillada con tus ojos desde la primera vez que los vi. Maravillada de verdad. Castaños, claros, con esas pestañas enormes, esas cejas pobladas y delgadas. La agresividad con la que te clavan la mirada y al mismo tiempo la calma que te brindan.
Estoy encantada con tu voz desde la primera vez que dijiste mi nombre, y sentí que todo el mundo lo había pronunciado mal hasta ese entonces.
Estoy fascinada con tu mente desde la primer discusión que tuvimos, que sabrá Dios de que se trató porque en lo único que pude fijarme fue en la facilidad que tienes para arreglarlo todo.
Estoy enamorada de todo lo que eres, todo lo que haces, la manera en que captas mi atención. Enamorada de una forma en la que una pareja no se enamora, ni dos ancianos que compartieron su vida.
Estoy enamorada de ti como estoy enamorada de estar viva y crear arte con las manos.
Enamorada como la facilidad que se le brindo a mi cerebro para poder escribir aunque utilice palabras que no son complicadas, porque me gusta la sencillez.
Enamorada como cuando después de mucho tiempo te vuelves a encontrar a ti mismo, y te das otra oportunidad.
Estoy enamorada de ti como sólo yo podría estarlo: De cabeza; de manos, a la orilla de la cama, al medio de ésta, mientras camino, mientras como. Enamorada como me enamora la lluvia, como me enamora viajar en autobús. Enamorada de tu alma, de tu espíritu, de tu actitud ante las cosas, de tu inteligencia, de tu vivir.
Enamorada más allá de un amor carnal.
Te quiero a nivel espiritual donde nuestras almas se tocan y se crean chispas. Donde tocar tu piel significa tocarlo todo. Donde verte de frente y observar cada detalle tuyo; absorber cada detalle tuyo es un arte, es una creencia, una filosofía.
Estoy enamorada de las cosas que dices; de las cosas que haces. De las cosas que no has hecho, de las cosas que harás.
Estoy enamorada de ti por la subjetividad que esto me da.
Porque no te quiero de una forma, sino de todas las formas posibles.
Te quiero en el desayuno aunque estemos en ciudades distintas.
Te quiero a la hora de la comida, aunque no haya tenido noticias tuyas.
Te quiero en la cena, aunque casi nunca cene.
Te quiero en las mañanas, en las tardes. A la hora de dormir, a la hora de escribir.
Te quiero tanto como me quiero.
Estoy enamorada de tus oblicuos, de tus manos, de tu espalda.
Estoy enamorada de tus visitas, de tus risas, de tus sonrisas, de tu mirada.
Estoy enamorada como para aceptar la angustia que me provoca que no me quieras de la misma forma en la que yo te quiero. Se le llamo masoquismo, pero para mí es otra forma de querer.
Me gusta pensar que te quiero más allá de lo comprensible.
Me gusta pensar que creé otra forma de querer y que para llegar a este querer se tiene que perder, encontrar, volver a construir, visualizar, idealizar, motivar, destruir nuevamente, volver a empezar, recoger... De los escombros a la casa nueva y la casa nueva a pintarla, adornarla, hasta dejarla como uno quiere para que al fin se pueda habitar en ella.
Así es mi tipo de amor.
Rehacer y hacer, construir y derrumbar, derrumbar y construir hasta que se esté lo suficientemente cómodo para aceptar que aunque la ecuación no sume 2, en cambio sume 1, se esté bien.
Se viva bien.
Se respire bien.
Hasta que querer no duela y en cambio te haga la vida más sencilla.
Estoy enamorada de ti, aunque lo sepas y no hagas nada.
Está bien que no hagas nada porque de todos modos no hay nada que hacer...
De todas formas, te quiero. Quizá ya lo he dicho muchas veces, pero nunca es suficiente.
Contigo nada es suficiente.
Contigo siempre busco más y no importa que algunas veces encuentre lo mismo, de todos modos encuentro algo.
Esta es otra entrada sin titulo, porque al momento no se me ocurre como llamarle a todo esto.
Igual se entiende lo que quiero transmitir, o eso espero.



En algún momento te llegué a sentir en la otra almohada,
aunque estuvieras en otra ciudad.
Te llegué a sentir y bese tu nombre entre mis labios.
Besé tu recuerdo y te di las buenas noches.
Luego, me di la media vuelta y pensé que quizá algunas noches pienses en mí antes de dormir,
y espero nuestras almas se lleguen a querer tanto,
como para hacernos bromas a la hora de ir a la cama...
A lo mejor y ellas siguen juntas, sentadas, viéndonos y esperando a que nos volvamos a ver,
a lo mejor y es así como la vida se burla de nosotros.





Comentarios

Entradas populares