Alguna vez.

Alguna vez intente quedarme.
Intenté manejar el enojo, la ira, la decepción, el estrés, los domingos de lluvia, los lunes de peleas, los martes de reconcilio y los miércoles de recaída. 
Intenté soportar el frío que te cala hasta los huesos cuando te sientas en la lluvia para mitigar el dolor.
Intenté escuchar la música más triste, la música más alegre. Intenté aprenderme la letra de las canciones para cuando necesitara ánimo.
Intenté arreglar algo que no tenía solución.
Intenté regalar dibujos y letras para tratar de compensar que soy humana y que me equivoco.
Pero a él nunca le bastó.
Ahora soy la mala del cuento. Nunca sé cómo es que terminó apropiándome de esos papeles, si todo el tiempo estoy intentando hacer las cosas bien.
Ahora soy la que se fue, la que no perseveró. Soy la que dijo no, la que rompió su corazón, la que lo daño tanto, que se merece o se merecía todo el karma que recibió.
Soy la que un día se marchó, jugó con su corazón y no se dio el tiempo de ver el daño que causó; pero lo que no todos saben, es que también fui la que se quedo.
La que espero, la que lloro, la que trató.
Porque yo también fui lastimada, fui corrompida. A mí también me hicieron daño... Sólo que a mí eso de guardar rencor no se me da.
Yo también camine más lento de lo normal después de haber corrido y tropezado mil veces.
Yo también me cure las heridas sin necesidad de que alguien llegase a besarme la cicatriz.
Yo también me dormí llorando y amanecí seca; sin alguna emoción, sin alguna razón.
Yo también me enamore de alguien que me dejo los sentimientos inestables, que me dejo en la cuerda floja temiéndole a las alturas.
Yo también suplique que un día regresará a enseñarme cómo caminar hasta el otro extremo sin marearme... E igual nunca llegó.

Fui la que se quedo, cuando sabía que no tenía que hacerlo.
Me quede mil veces, me rompí mil veces.
¿Ahora soy la mala por no quedarme? 

Porque todos los que nos vamos, ya sabemos el panorama, ya no esperamos a que nos hagan daño; ya no esperamos a que el frío nos cale los huesos, ni esperamos a que las demás personas cambien. Los que nos vamos tenemos nuestras razones bien claras. Ya no queremos juegos, ya no queremos amores a deshoras.

Alguna vez intenté quedarme, sólo para que fueses más feliz. 
Alguna vez desgaste mis emociones contigo. 
Alguna vez te esperé, sabiendo que jamás llegarías.
¿Por qué habría de ser la mala, si te di lo mejor de mí?







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