Una parte de mí.

Hay una parte de mí que te recuerda.
Una parte que me pregunta si hoy llegarás a cenar,
si hoy nos hablarás en la noche para contarnos como te fue en el día.
Esa parte de mí que aun no sabe olvidarte,
 que no sabe que hacer con tanto tiempo y tanto espacio.
Esa parte que rechaza a los que me gustan,
porque esa parte siempre quiere esperar por ti. 

Es que ella aún no entiende que te has ido,
que no volverás,
pero no puedo apagarle la ilusión por más que lo intente...
Es tan necia.
Y es imposible ponerla a dormir en ciertas fechas,
es imposible calmarla cuando alguien menciona tu nombre.
Incluso he llegado a desesperarme cuando lo único en lo que piensa es en decirte esas dos palabras que harían un gran caos en mi vida.
Por eso la mantengo encerrada,
por eso no la alimento.
Por eso evito ver tus fotos y evito decir tu nombre...

Y siempre va a haber algo que haga que te recuerde.
Esa es la parte imposible.

Pero hoy le he dado un poco de libertad,
y dejaré que te diga lo que no me atrevo a decir:

Te extraño.

Te extraño, y no puedo dejar de hacerlo.
Te extraño en las mañanas y te extraño en las noches,
cuando cierro la puerta y veo al techo.
Te extraño cuando camino de vuelta a casa y te extraño en las cenas.
Te extraño en los momentos donde sé que podría ver el cielo contigo,
y no estás.
Te extraño cuando alguien dice una palabra y sé que te reirías de dicha palabra.
Eso es lo peor.
Que te conocí tan bien que aún sé lo que te hace reír,
aun se como hacerte llorar.
Te extraño por compromiso y capricho, yo creo.
Porque aún teniendo la libertad de admitir que te extraño,
me arrepiento en el momento en el que lo digo.
No eres indispensable, pero me hace falta el aire cuando sé que estás allá y yo acá.
No eres al que necesito, y nunca te necesité,
pero hay noches en las que faltas,
hay noches donde desearía tener tu compañía hasta de sobra.
De todos modos, cuando acepto que te extraño,
que ahora es un día cada mes,
y que justo me tocó hoy,
cuando acepto que te extraño,
también acepto que fui feliz a tu lado.
Y me regaño por reprocharme tanto y por tratar de corregirme en todo momento,
porque fuiste la pieza del rompecabezas que llamo vida,
fuiste el canto de los pájaros los sábados en la mañana,
fuiste la vista desde tu techo y fuiste el humo de tu cigarro.
Hoy que te extraño y que tengo el momento de decirlo,
he de admitir que los días que el calendario marca como fechas importantes,
esos dias no te escribo porque los considero de luto.
Y podría abrir de mas la boca hoy y soltar mil cosas que probablemente no debes saber,
y ya es tiempo que encierre esta parte de mi nuevamente,
porque no se de que soy capaz cuando aun admito que en el fondo de todo lo que soy,
hay una parte de mí que te ama,
y espera por ti. 

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