Si me dejas.

Es gracioso.
Es gracioso porque tu tampoco sabes como quererme.
Tampoco sabes que me gustan los nardos, y mi color favorito es el azul.
Mucho menos has de imaginar que tengo un montón de cicatrices en las piernas, y que no me dan pena, en realidad me gustan.

Es gracioso, porque tampoco sabes lo mucho que me gustan las nubes, las puestas de sol, las sonrisas, el cielo, caminar, la música.
No sabes que mi pasatiempo favorito es dibujar, que duermo mucho, hablo mucho, como mucho, y que rio mucho.
No sabes que mi voz es bastante aguda cuando ella quiere, ni que se me traba la lengua cuando una palabra tiene erres.

Es gracioso, porque tampoco vas a saber que hacer cuando llore por cosas insignificantes, o cuando me enoje de la nada, por alguna estupidez.

Me va a encantar cuando me veas salir desarreglada porque hace calor, o me veas salir muy arreglada sólo para ir a cenar.
No soy una persona fija, tengo cambios constantes, mi vida no cae en la monotonía, siempre quiero más, y siempre busco más.

Pero lo qué es aún más gracioso, es que pese a todo esto, estoy rompiendo mis esquemas, saliendome de la burbuja, tratando de incluirte en mi vida, qué, aunque no es una calma constante, la inquietud en ella es lo que me hace sentir viva.

Me gustaría incluirte en mis pasatiempos, porque esa es mi forma de decir te quiero.
O dibujarte, porque es así como me expreso.
Espero que entiendas que para mi no hay gesto más bello que los buenos días, o una llamada antes de dormir.
También espero que entiendas que necesito que me lo expliquen todo, y que pregunto por todo, y que a veces llego a odiar todo... Pero no es tan malo, con una sonrisa y un abrazo vuelvo a la normalidad.

No espero que cures todas mis heridas, pero sí que estés allí cuando necesite a alguien con quien llorar.
Tampoco espero que no me lastimes, porque todos tendemos a hacerlo... Sólo no lo hagas muy fuerte, ¿ok?

Porque yo, estoy dispuesta a hacer pequeñas maravillas que a lo mejor no sean convencionales, pero no soy convencional... Me exaspera la rutina.
Porque con mis manitas quiero sostener tu mundo, inclusive pintarlo, si me dejas.
O llenarte las paredes con mis dibujos... Si también me dejas.
O simplemente dejarme, que con eso es suficiente.

No pido una historia maravillosa, una historia de novela... Hace mucho que deje de creer en las historias.
Sólo pido tu mano junto a la mía, tu voz al otro lado de la linea y un beso antes de dormir.

Es gracioso, porque aún ni siquiera se exactamente que es esto que tenemos, pero siento que podría apostarle a mi suerte, y quedarme contigo, si me dejas.

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