Acostémonos.

Acostémonos.

Acostémonos y finjamos que no nos duele el cuello, la cabeza, la espalda.

Acostémonos como cuando éramos críos,

con los pies en la cabecera, con las manos colgándonos de la cama.

Acuéstate conmigo sin caer en lo sexual.

Dime que estás pensando, qué harás mañana.

Dime que las uñas de mis pies te gustan pintadas de negro,

que te gusta la cicatriz de mi pierna izquierda, esa que parece oruga.

Dame la oportunidad de decirte que me gustan tus pies.

Apaguemos la luz y juguemos a que nos queremos más que ayer.

Quiero que te quedes a mí lado, diciéndome que no te imaginas con nadie más.

Dime qué quieres escribir un libro que se llame como tú y como yo,

así te digo que quiero ilustrarlo.

Quiero dibujar tu cara en todos lados.

Quiero dibujar tu cara en todos lados desde que te conocí.

Acostémonos.

Envolvámonos en sherpas gruesas de colores.

Combinemos nuestros calcetines con la ropa interior.

Derramemos el café en la cama,

déjame esparcir mis colores en las almohadas.

Acostémonos y contémonos los lunares, las pestañas, los vellos de las cejas.

Acostémonos, contemos estrellas que no son visibles.

Hablemos de tu familia,

de la mía,

de como todo siempre termina por regresarme a ti.

Que si escucho una canción, eres tú.

Que si escribo, eres tú.

Que al verte de lejos, sonrío como si eso fuera nuevo.

Que al verte, sentí que había estado ciega todo este tiempo.

Acostémonos.

Juntemos nuestras manos y las llevemos hasta nuestro corazón.

Quiero que escuches cuanto me gustas.

Quiero que sepas que mi cuerpo reacciona muy bonito al verte de cerca.

Acostémonos para fingir que no hay un mundo allá fuera.

Que si llueve es porque Dios nos aplaude desde el cielo.

Que si hay sol, es el mundo aplaudiendonos.

Que si llueve o no llueve,

que la vida se ha alegrado al unirnos.

Acostémonos,

para que te enseñe que se puede soñar con los ojos abiertos,

en una cama que no fue destendida por otra cosa que no fuese amor.