Me haces sentir en casa.
Me haces sentir en casa,
y no me refiero en casa, una casa amueblada con pisos de madera.
No, hablo del hogar.
Donde puedes estirar tus manos hasta creer que tocas el cielo.
El lugar donde puedes ser tu mismo, sin miedo a nada.
A veces es el lugar donde descargas tu furia, tus malos ratos,
el lugar donde puedes llorar y sorber tus mocos por un buen rato.
Me haces sentir que puedo hacer las cosas,
porque crees en mí.
Y tus brazos alrededor,
me hacen sentir en cama,
donde puedo dejar caer la mano sin miedo a que un monstruo la atrape.
A veces ese tipo de cosas funcionan.
Esas personas que están contigo, ofreciéndote el tiempo y la seguridad.
Ese tipo de personas que te hacen sentir bien por quién eres.
Y tú me haces sentir bien.
No sé si algún día puedo decirte este tipo de cosas de frente,
porque no controlo nada de lo que me rodea, tan sólo controlo como me afecta...
O bueno, trabajo en ello.
Pero, deberías saberlo,
contigo me siento en paz conmigo misma.
Y siento que pertenezco a un lugar, por primera vez en mucho tiempo.
Me haces sentir en casa.
Rodeada de lo que quiero.
Y contigo, contigo podría ir a todas partes.
Contigo no hay necesidad de imaginarme con nadie más.
Y por eso te quiero,
te quiero como no imaginas.
Contigo si me veo viajando y riendo por todo lo que veamos;
contigo si me imagino sintiendo el mar bajo los pies.
Porque no importaría a donde vayamos,
no importaría si nos quedamos,
estaría en casa,
sólo contigo...
Porque tú eres mi casa,
y no necesito más.
Comentarios
Publicar un comentario