El amor me dio mil besos
Pueden pasar días, semanas, incluso meses sin que mi compañera de viaje (que espero sea temporal) me haga visitas.
A veces se arregla las uñas mientras me ve, y me dice que no tenga miedo.
La otra, que es compañera de mi compañera, voltea a todos lados nerviosa.
Se acaricia el cabello una y otra vez, hasta que cree que quedo perfecto.
Se ve en el espejo, se encuentra defectos,
y comienza a alardear que tiene "casi" todo planeado para mí.
Ambas se quedan sentadas hasta que algo las activa.
Entonces, una me toma del hombro, mientras me repite bien cerca del oído "tú sigue sonriendo, que nadie se debe enterar".
La otra, más loca, me repite que todo le da miedo; que todo es muy grande y yo soy muy pequeña.
De la nada y sin avisar, la furia viene y se une a la fiesta.
A veces grita tan fuerte cosas que parecen tan ciertas, que termino lastimada, sin ganas de hablar, sintiendo como todo arde.
Y hoy, sin querer, hubo fiesta.
Una fiesta en la que no quise estar invitada...
Una fiesta donde hubieron gritos,
vasos rotos,
cabello alborotado y ojos hinchados.
Cuando lo creía todo perdido,
alguien se presentó.
Estaba brillando.
Estaba feliz.
Se acercó despacio hasta donde estaba y le quitó la mano de mi hombro a la depresión.
"Es mía, suéltala".
Después de decir esas palabras mágicas, todos volvieron a esconderse.
El amor me repitió con calma "lo hiciste muy bien, mi niña, no los escuches más".
Cerré los ojos con fuerza, mientras el amor me recordaba a mis mejores amigas; a mamá, a papá, a mi perro.
Ahora estaba bien, porque encontré razones para estar bien.
El amor me acarició detrás de las orejas,
me dio mil besos en la frente y me dijo "bien, desde aquí vas sola",
cómo si estuviese aprendiendo a manejar una bicicleta.
Me dejo un recuerdo de consuelo,
el recuerdo de mi perro abrazado a mí,
y me dijo que estas situaciones ya las había superado.
Hoy el amor me dio mil besos,
en forma de voz de papá.
En forma de viento sobre la cara,
forma de recuerdo de Bubba,
sonrisa de mamá,
la risa de mis amigas,
y de esas otras veces,
esas donde no deje de creer en mí.
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