Amarillo

Me voy a tomar el tiempo para apreciarte las manos,
para calibrar el tono de tus venas.
Quiero caminar con mis dedos entre tus clavículas,
morderme el labio inferior cuando te rías.

Con vos me imagino todo y un poco más.

Con vos todo se me hace tan brillante como el amarillo.
Tanto que pienso que brillas más que el sol.

Es como si simularas el color de las tardes de otoño,
con tus tonos cálidos por aquí,
los cobres por allá.
Y mira que me gustan mucho los colores,
tanto como me gustan esas piedrecitas brillantes y castañas que te cargas como ojos.
Mira que he intentado encontrarte en todos los tonos posibles.

Verás,
nunca me gusto el amarillo.
Muy vivo, para alguien tan muerta como yo.
Tan acostumbrada a las tonalidades neutras y oscuras.
Cuándo tú llegaste, 
cuando te me cruzaste como mala suerte o gripa de verano,
vi que brillabas más que el amarillo.
Y te odié.
Al principio fue así, si quieres que te sea honesta,
pero después de acostumbrar a mis pupilas a otros colores,
me di cuenta que en el top cinco de mis colores favoritos,
el amarillo podría ocupar un lugar,
porque el amarillo es tú.
Y tú podrías ser uno de mis colores favoritos.

Te tome el tiempo contando con los dedos,
conté tus parpadeos.
Te comparé con la calma de las mañanas de invierno en ciudades pequeñas.
Te comparé con las pinturas de Pollock, porque sí,
te mostrabas tan cambiante y al mismo tiempo tan disciplinado,
que en todas tus manchas, rayas y salpicaduras,
encontré pistas de quién realmente eras.

Vos tienes más que mis manos cuando quieras que te sostengan,
tienes mi alma, que aunque ligera, soporta.
Tienes mis acuarelas cuando te pierdas y necesites que te pinten el camino.
Tienes mis oídos, que aunque cansados, aún escuchan.
Y mi boca, y la voz, si es que te gusta que hable.
También tienes mi silencio,
mi hombro,
y uno que otro beso, por si quieres.

Sigo pensando, en como tanto amarillo,
tanta luz, tanta brillantes,
puede hacer que, aún en la oscuridad y con los ojos cerrados, pueda señalar en que lugar estás.
Me sorprende como,
tanto amarillo,
pueda hacer que quiera mezclarme contigo,
crear un nuevo tono de verde (porque soy azul, ya ves)
y llamarlo como tú.

Y con el tiempo, hacerle espacio,
en mi top de los cinco colores favoritos.


Comentarios

Entradas populares