Tequila barato
Yo que decía que no volvía a tomar
y de pronto, un tequila barato
unos shotcitos, un poquito aquí y allá,
y las escaleras, los mareos
y ese beso que llegó de quien sabe dónde.
De repente yo riéndome cerca de tu cara
y tu mano en mi cabello.
De repente, tu risa, y tus ojos,
y yo tu fan, viéndote las manos tan blancas
tratando de imitarte
eligiendo mis movimientos entorpecidos
porque a la señorita
se le ocurrió tomar
tequila barato.
Y desde ese día, hiciste acto de presencia
al otro lado de la mesa,
donde antes te veía
y pensaba que no se podía ser tan bonito
sin haberle pactado el alma al diablo.
Tus pestañeos, que parecían eternos
con las pestañas espesas que te abanican el mirar
me conflictuaban la vida
“No, Samara” me repetía
cuando todo mi cuerpo me gritaba “Sí, Samara”
cómo cuando tu mirada
se hacía cómplice de la mía,
y estallábamos en risa
y yo juraba que veía chispas en todos lados
porque no podía ser real
que tanta similitud nos invadiera
cómo pa’ reírnos de las mismas pendejadas.
No voy a entender a la distancia el día que me vaya
y le voy a reprochar a la misma que nos tenga tan lejos
¿quien se va a reír cuando me espante de cualquier cosa?
¿quien va a tomar té conmigo, mientras hablamos de vacas?
¿quien me va a ver cómo tú me ves?
La mexicana se tiene que volver a su país
el desastre inevitable
y allá no va a tomar tequila barato
porque se prometió así misma no besar a alguien
de la forma en la que te besó.
Nos tomó unos shots de tequila barato
para darnos cuenta
que los dos sabíamos que algo pasaba
cuando uno cruzaba la puerta;
que algo pasaba,
cuando al otro lado de la mesa,
al otro la cara se le iluminaba.
Y yo sí agradezco que haya sido así,
cuando no sentía las mejillas y todo me daba vueltas
porque cuando lo cuento, me rio,
y mi risa me recuerda a ti.
Nos tomó unos shotcitos de tequila barato
pa’ agarrar calor y pa’ decirnos
lo que de antes, ya sabíamos que pasaba.
Comentarios
Publicar un comentario