¿Qué harán en el cielo?

Sospecho que nos ven, de vez en cuando
que abren un pedacito de nube y por ahí nos espían,
almas que se adelantaron para cuidar nuestro camino
para besarnos en la frente cuando estamos dormidos.

Sospecho que a veces bajan a la tierra en forma de rayo de sol
que nos pega en la cara,
para llenarnos las mejillas de besos
como todos los que en vida nos dieron.

¿Qué harán en el cielo, todo el día?
Hoy no paro de preguntármelo.
De seguro que se sientan en su mecedora favorita,
y se encuentran con sus amigos, se cuentan de sus vidas,
ríen hasta sacar lagrimas, y lloran a largas y anchas, extrañándonos,
pero, es un llanto alegre, no creo que se pueda estar triste en el cielo.

Que tal y ahora nuestros abuelos nos ven,
¿te imaginas? ¡Eternos por siempre!
Y mis abuelos le cuentan a tu abuela como siempre tuve mal carácter,
y tu abuela se ríe, y les contesta que tú siempre fuiste un amor.
Estoy segura que nos extrañan,
como nosotros les extrañamos.

¿Y Bubba?
¿Y Bubba, Hutch, Starsky, Luna, Tobo, Rocko, Nena?
De seguro que en el cielo los perros hablan,
y se cuentan entre ellos que yo siempre los besaba a escondidas
porque mamá no lo permitía.
A lo mejor escarban entre las nubes, y me ven,
y se alegran de saber que los pienso cuando veo a otros perritos.
He llegado a pensar que a veces bajan un rato,
cuando la lluvia da besos mojados.

¡Te imaginas la fiesta que se traen!
Ya nada duele, ya nada preocupa,
cerquita de todo lo bueno, eso sí que debe ser vida.

Y los que no nacieron,
o los que lo hicieron, dieron un respiro, como si fuera un te quiero, quedito
y no se quedaron,
para ellos también un beso,
porque son familia, y siempre lo serán.

¿Qué harán en el cielo?
¿Quién le estará rascando la panza a nuestros perritos?
¿Quién estará abrazando a tu abuela, a los míos?
Hoy pienso que todos los que se nos fueron son ahora estrellas,
como si una estrella fuera una ventana, donde nos pueden ver,
hasta que el sol los obliga a vivir otro día más de fiesta,
donde ya no duele,
donde ya no hay que esperar a que el mañana llegue,
porque ahora son eternos,
y viven sin miedo.

Hoy lanzo mil besos,
como si fueran globos que flotan hasta el cielo,
atrapenlos, abuelitos,
atrapenlos, perritos,
atrapenlos, hermanitos
atrapenlos, almas bonitas que se fueron deprisa,
para volverse eternos,
y envíennos mil de regreso,
aquí se les extraña, pero les regamos con lagrimitas,
para que no se marchite el recuerdo.






Para mi Venus,
y para la abuelita de mi Venus,
porque ella es la estrella más bonita. 





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