Te vi

te vi
chocar contra las rocas
cómo si fueras una ola invencible
y te fragmentaste en mil gotas
que se desligaron del mar
en forma de brisa.

te vi en el ojo del huracán
donde la calma que te rodeaba
era falsa.

te vi proclamarte rey de un mundo
que nunca existió
porque no lo mantuviste vivo,
fue una idea que el mismo soplo del tiempo
borró.

te vi construir un imperio
a base de besos a la distancia
qué fácil derribar tus sueños
con un poco de realidad.

te vi ser el destinatario
de las cartas
que nunca te di
pero qué a miradas
te expliqué.

y en todas esas veces
tú no pudiste voltear la mirada
saberme incompleta y entenderme un poco.
para ti declarar la guerra
era ignorar el problema
y para mí ganar la batalla
era irme a dormir sin querer llorar.

no pudiste verme, nunca
incluso cuando debajo del reflector
interpretaba una escena
en donde te decía a base de risas
que me hacías perder la cabeza,
pero, tú, siempre distraído
no pudiste ni siquiera voltear cinco segundos
y darte cuenta de que mi acto
dura lo que dura una promesa tuya.

soy invisible para ti
después de haber acaparado toda la luz
que entraba por la ventana
cuando en la mañana
abrazado a mí
me jurabas la felicidad.

te vi ser tú mismo
a las 3 de la mañana
a las 2 de la tarde
a las 8 de la noche
y tú nunca pudiste ver
que para hacerme feliz
bastaba con agachar la mirada
y verme tomada de tu mano
mirando a todos lados
queriendo aprenderme todos los colores
para enseñarte que la vida son detalles
son momentos
son espacios
donde se coincide, se besa y se siente.

te vi ser
y tú me miraste
dar la media vuelta
para no volver.