Nota del año

And even when it's not completely true, I want to know.

Al terminar el 2017 me prometí que el 2018 sería nuevamente mi año. Al parecer fracasó pues, si soy totalmente honesta, valí quesito en mas de alguna ocasión. Pero, hey, lo importante aquí fue que me divertí muchisímo, y me atrevo a decir que este año reí más que en años anteriores. Apliqué muy bien la frase que define de cierta forma toda mi personalidad: portarse bien es de putos, y me atreví tanto  a hacer las cosas, que en definitiva, no me arrepiento de nada.

En lista, las tres situaciones que hicieron mi 2018:

1. Mi recuerdo favorito: El finde con los equis men, riendonos en el auto camino a casa, riendonos mientras cenabamos y jugabamos. Bullshit. Por despertar juntos, por la cenita en mi cumpleaños, por las aventuras que hemos vivido y compartido juntos.

2. Este año puse en práctica mi unico propósito que me planteé: Hazlo.
E hice infinidad de pendejadas de las que ahora me puedo reir. Comencemos porque pasé el toelf; desperté en otra ciudad sin planearlo, bailé canciones nuevas, escuché más música de la que  estaba acostumbraba a escuchar, salí más a caminar, volví a querer con locura, me rompí el corazón en el intento, vi las luces de la ciudad bajo la llovizna con uno de mis humanos favoritos del mundo un domingo a las 5 am. Conté mis historias, escuché otras más. Esta vez no sólo intenté, también hice, y no podría estar mas orgullosa de ello. Tres perforaciones, 6 kilos menos y el cabello eternamente corto. Viajes improvisados, conciertos en el auto y abrazos inesperados.

3. Y finalmente: El perdón llegó. Logré perdonarme por situaciones que, en su momento me rompieron tanto al punto de negarme a reparar las partecitas dadas en la madre. Y hasta el momento va bien.

Y si va bien, va bien.

El 2018 y los 22 me abrazaron y repararon partes de mí que había descuidado pensando que ya habían sanado, cuando realmente sólo fueron desplazadas para ocuparme de ellas mas tarde, y el momento tuvo que llegar. Tantas lágrimas funcionaron de pegamento para mi eterno corazón roto, y me atrevo a decirlo, sintiendo el miedo de que todo se vaya a la chingada, qué fui muy feliz este año.
Mucho muy feliz.

Así qué, es momento de agradecerles por lo que fueron para mí este año.

Iniciando, obviamente con Omar y Malu, por ser mi pilar, mi fuerza, mis videollamadas cargadas de amor y motivación. Los mejores papás que la vida me pudo dar. Y los mejores amigos, también.

A Andie y Andrés, por ser family y por las risas en la cocina. A ustedes por su paciencia infinitiva y por darme amor de maneras pequeñas pero, enormes a la vez. Por comer juntos, por cocinar y por las fiestas; porque vivir con ustedes me hace muy feliz, aunque a veces quiera golpear al Little Man. Gracias por hacer que vivir lejos de casa, no se sienta tan lejos.

A Astrid y Leslie, mis amores, mis niñas, mi lugar feliz. Porque la distancia se está quedando infinitamente pendeja ante nuestro cariño y amistad; porque los abrazos de despedida nos duran meses en la piel, hasta renovarlos al volvernos a ver. A ustedes porque siempre saben estar, aunque a veces sólo sean cinco minutos.
Porque las amo y quiero vernos crecer aún más. Porque algún día vamos a estar las tres en un país distinto de vacaciones, y porque el gym finalmente haga efecto.
¡Estoy muy orgullosa de ustedes porque este año crecieron enormemente! Y siempre, para siempre, sus sueños serán los míos.

A Buenrostro y Fer, por saber estar, saber escuchar y saber abrazar. Los quiero muchísimo, mis niños.

A Otto, Licha y Tasha, por llenarme de besos, de abrazos, de pelitos en la ropa. Por reparar ese ladito de mi corazón que nadie más puede. Porque ustedes llenan un vacío que no quería ser llenado. Mis pechochos.

A Maf, Diana y Lore, porque la amistad no se pierde incluso cuando podemos pasar meses sin hablarnos, sé que seguirán y seguiré por y para ustedes. Las amo con todo lo que soy y quiero ser.

A Pau-Pau, porque es la definición de amor, porque siempre está al pendiente de mí, porque me quiere y me impulsa a vencer mis miedos. Porque la adoro muchisímo y porque quiero verla más feliz que nunca, abrazada a sus sueños y cumpliendo sus metas.

A Ivonne y mis niñas (Mayan, Cari, Gabs, Jaz, Bere) por seguir a mi lado y por todas nuestras buenas ideas; porque el estrés no nos mató y porque construimos más recuerdos. Por los abrazos, porque tomaron mi mano cuando moría de nervios, por los consejos y por todas las risas juntas.

12 22 9 20, y tú también, por supuesto que tú. Por estar, por no estarlo también, por tus besos, por tus caricias en mi cabello, por tu risa bonita al lado de mi oído. Gracias por existir y coincidir conmigo. Gracias por traer de vuelta a mi lado todo cursi y tonto, por regalarme recuerdos tan bonitos que no quiero, ni me atrevo a soltar. Gracias, gracias, gracias. También gracias por intentarlo, y porque a pesar de todo, nuestra amistad siempre será la misma. Te quiero mucho, mucho, mucho.

Y finally, a Pisha, el Santo, Ross, Micky. Tú llegaste de la forma más tonta, y terminaste siendo una pieza clave en mi vida. No te das una idea de la felicidad que me das y de todas las risas que quiero seguir compartiendo contigo. ¡Como Saturno y Júpiter! Gracias por tus llamadas cuando el mundo se me caía encima, por nuestras aventuras y nuestros chistes, tan nuestros, tan tú y yo. Gracias por cantar conmigo en el auto y por los planes improvisados. Y sobre todo, gracias por subir los pies a la cabecera de la cama, tú entenderás.

Y a ustedes que continuamente me leen, gracias infinitas por seguir aquí.

Haganlo, atrevanse, den el paso.
Que el año siguiente el miedo se quede lo mas lejos posible,

Y...

¡Qué el 2019 sea el año de las aventuras! 
Un abrazo al corazón dado con el alma a todos.

Feliz 2019 :)


Sam C.

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