Oops
quiero lamerte las ojeras
y enredarme en tu cabello;
quiero morirme en tus clavículas,
renacer con las uñas enterradas en tu nuca.
quiero quedarme estancada entre tus palmas,
caminar con la planta de tus pies,
no quiero mirar lo que miras
quiero ser aquello que aún no ves.
quiero ser un anuncio de disponible,
y me rentes por el fin de semana,
quiero que tomes el sol en mi balcón,
que te acuestes sobre mí, quiero ser tu cama.
quiero ser el aroma de tu cuello,
el sabor de tus dedos,
las palabras que piensas y no dices,
las calles que no caminas,
el reflejo donde no logras reconocerte.
quiero ser el charco que te ve la geta desde abajo,
quiero ser la lluvia que te moja,
quiero que despiertes sin mí y te vuelvas loco buscándome,
que me veas en un anuncio de viajes,
y al final de un autobús más o menos vacío.
quiero ser tu primera y tu última opción, si es posible.
quiero que te sientas hacia mí atraído
como las polillas a los focos prendidos.
préndeme,
apágame,
sí soy tu fuego,
no dejes que nadie más me sople,
sí soy tu cielo,
no dejes que nadie más me cuelgue estrellas en el cuello,
soy tu canción,
no quiero estar en los labios de nadie más.
quiero acariciarte por dentro,
pasarte los dedos por las cejas,
despeinarte los vellos de tus brazos,
morderte las mejillas,
quiero que te acuerdes de mí
y sonrías como sólo un pendejo enamorado podría.
te quiero lamer las ojeras,
y qué lamas las mías,
que enredes los dedos de tus pies con los míos,
ya da igual.
quiero que te mueras como el día se muere
acurrucado en el hueco de mi espalda,
y que entre tanto y tanto nos pasemos,
como pasan las nubes encima de esa cabecita tuya.
te quiero lamer las ojeras,
que tan bien te quedan,
cómo quedan mis tobillos
junto a tu barbilla.
oops.
y enredarme en tu cabello;
quiero morirme en tus clavículas,
renacer con las uñas enterradas en tu nuca.
quiero quedarme estancada entre tus palmas,
caminar con la planta de tus pies,
no quiero mirar lo que miras
quiero ser aquello que aún no ves.
quiero ser un anuncio de disponible,
y me rentes por el fin de semana,
quiero que tomes el sol en mi balcón,
que te acuestes sobre mí, quiero ser tu cama.
quiero ser el aroma de tu cuello,
el sabor de tus dedos,
las palabras que piensas y no dices,
las calles que no caminas,
el reflejo donde no logras reconocerte.
quiero ser el charco que te ve la geta desde abajo,
quiero ser la lluvia que te moja,
quiero que despiertes sin mí y te vuelvas loco buscándome,
que me veas en un anuncio de viajes,
y al final de un autobús más o menos vacío.
quiero ser tu primera y tu última opción, si es posible.
quiero que te sientas hacia mí atraído
como las polillas a los focos prendidos.
préndeme,
apágame,
sí soy tu fuego,
no dejes que nadie más me sople,
sí soy tu cielo,
no dejes que nadie más me cuelgue estrellas en el cuello,
soy tu canción,
no quiero estar en los labios de nadie más.
quiero acariciarte por dentro,
pasarte los dedos por las cejas,
despeinarte los vellos de tus brazos,
morderte las mejillas,
quiero que te acuerdes de mí
y sonrías como sólo un pendejo enamorado podría.
te quiero lamer las ojeras,
y qué lamas las mías,
que enredes los dedos de tus pies con los míos,
ya da igual.
quiero que te mueras como el día se muere
acurrucado en el hueco de mi espalda,
y que entre tanto y tanto nos pasemos,
como pasan las nubes encima de esa cabecita tuya.
te quiero lamer las ojeras,
que tan bien te quedan,
cómo quedan mis tobillos
junto a tu barbilla.
oops.
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