el presente

acabada la llamada,
aparece en mis sueños,
el dolor ya no reanuda su sentencia,
siempre sale el sol bajo mis almohadas
apenas y apoyo la cabeza en ellas.

ha aparecido
el quien
que completa la pregunta.

y continúa sus labores
allá donde el sol se despide temprano,
alumbra mis oídos
con su voz de relámpago:
¡estruendo!
¡está aquí!
¡ya apareció el presente y el futuro,
para mí!

abraza mis miedos,
los acuna,
los lleva a dormir,
lejos, bien lejos,
donde el pasado no los encuentre,
para que no me hagan sufrir.

el presente se aparece
con sus ojos marrones que todo lo ven,
sus manos pequeñas, que todo lo acarician,
su boca rosada, qué besa heridas, y las cura,
su aliento que como viento, aleja las nubes grises
que invaden el pensamiento.

¡está aquí!
¡y me quiere!
¡no hay corazón roto!
me mira como quien viese
por primera vez la luna.

no hay otra segunda cita,
soy su plan A y Z,
todo el abecedario de por medio,
para escribirle cartas de agradecimiento:
gracias por quedarte,
gracias por compararme con el cielo;
gracias por tu alegria,
gracias por tu tiempo,
gracias por tus besos,
gracias por tus cuentos,
gracias, mil veces gracias, de todas formas,
tamaños, colores,
gracias por quererme,
gracias por ser tú,
gracias por aparecerte,
gracias por ser mi presente.

¡está aquí!
¡y huele como la luna!
qué todas las noches me alumbres,
y nunca más vuelva a pensar
que en la oscuridad vivo atrapada,
que la vida se mantenga como un regalo:
siendo tú y sólo tú
el presente que me hace olvidar
lo terrible que fue el pasado.