Chiquitos entre las sábanas


Apagas la luz y yo me hago chiquita entre las sábanas. Hace mucho frío digo, y tú asientes con la cabeza. Te metes a la camita, me abrazas y ahora me hago chiquita entre tus brazos. Hueles muy rico te digo y tú me besas la frente. Siempre te lo digo, pero te ves muy guapo desde acá, debajo de tu barbilla. Me gustas mucho pienso, pero no te lo digo. Tú no respondes y la conversación se transforma en dos abdómenes inflándose en sincronía: nuestra respiración a veces es una sola. Te beso el cuello, tú me abrazas fuerte. Nadie me abraza como tú. He llegado a la conclusión que mi lugar favorito es contigo, no importa dónde estemos. Y si hoy me dijeras que nos vamos al fin del mundo, te diría que las maletas ya están listas, y que yo estoy en casa siempre y cuando pueda recostarme en tu pecho, aunque ambos sepamos que no podemos dormir abrazados, pero escucharte a media noche pedirme que te abrace sigue siendo de mis frases favoritas. Y aún tenemos mucho tiempo para aprender a dormir abrazados. 

Mi corazón nunca había estado tan feliz y tranquilo como lo está cuando estamos juntos, y eso me hace pensar que mi lugar es contigo. Es como tú dices, uno de lo dos debe creer en el destino y a mí me gusta el destino desde que te veo por debajo de tu barbilla. Todo el tiempo pienso en ti y en las tardes en mi cuarto, o deteniéndonos a admirar escenarios por la calle. Todo el tiempo me imagino de tu mano, aunque también sepas que me gusta mi espacio. Pero en este espacio, el que habito, en este espacio siempre hay espacio para tu espacio. Y quizás así, para todas nuestras galaxias. Me veo contigo, siempre. Porque tu corazón también me ha contado que es feliz conmigo, cuando me acuesto en tu pecho, después de que apagas la luz y yo me hago chiquita entre tus brazos. 

Siento que estoy a salvo de lo dura que puede ser la vida cuando nos hacemos chiquitos entre las sábanas. Y el frío no es tan frío cuando tu voz adormilada me llama a mitad de la noche.


Comentarios

Entradas populares