Nota del año
Decidí comenzar esta entrada con una frase que resonó en mi cabeza durante todo el año: Sami, la vida va.
Soy muy afortunada. Este año fue un cambio radical a todos, y desde el privilegio de tener a mi familia con bien y el trabajo intacto, puedo hablar por mí al decir que este tiempo que nos toca vivir me ha enseñado la importancia de esas pequeñas cosas que todos los días daba por bien recibidas. Desperté bajo un techo, escuchando a mamá hablar. Desperté sabiendo que mi hermana dormía en la casa de al lado. Desperté recibiendo mensajes que indicaban que el día comenzaba y que mis minis estaban preparándose para tomar clases desde casa. Desperté caminando casi en automático a bañarme, desayunar y existir. Pero, a comparación de años anteriores, desperté dando gracias.
Gracias solecito por estar allí y entrar por mi ventana.
Gracias lluvia por hacer crecer a las plantas.
Gracias por las palabras de extraños a los que me topé.
Gracias por sus bendiciones siempre, taxistas que me llevaron sana y salva a casa.
Gracias por la rutina, mis minis.
Gracias por la constancia, vida.
Este año volví a ser la hija menor de mis papás, la hermana pequeña de Andra. Después de 6 años pase más de dos meses bajo el techo que nos vio crecer, y fue extraño. Fue extraño estar rodeada de muebles que he visto desde que tengo memoria. Fue extraño darme cuenta que Sami sigue conmigo a pesar de los años. Sami se viste, se preocupa, juega, disfruta los abrazos, come por nervios, deja de comer por nervios. Sami se ríe, también llora. Sami se duerme para no pensar. Sami nunca dejó de estar. Este año lo entendí: soy Sami. La mujer que soy sigue siendo Sami, la niña que nunca dejó de dibujar y de cantar feo.
Bienvenida otra vez, Sami.
Y precisamente Sami volvió porque volví al kínder, pero esta vez siendo la maestra de 20 increíbles pequeños y pequeñas que todos los días me mantuvieron a flote. A ellos y ellas siempre gracias. Qué curioso fue celebrar aprender a trazar la a, contar del uno al tres. Qué curioso leer cuentos, transformarme en todos los personajes posibles, ver sus caras con sueño y también con emoción. Virginia siempre tuvo razón: tú perteneces con los minis. Y aunque lejos, siempre, siempre cerca.
Miss Sami. Nunca lo creí, hasta hoy.
Es increíble lo mucho que podemos cambiar en cuestión de días. No vi a mis personas de un día a otro, pero estuvieron presentes. Nunca faltaron los mensajes, las videollamadas, las etiquetas en redes. Qué bonito pensar que alguien se acordó de ti porque vio una fotografía de un perro, de una flor, de algo que te gusta.
Y precisamente, este año Sami también fue fotos.
Fui a Bélgica, a Francia, también viví en Alemania. Y fui junto a mi persona favorita, siendo fotos y canciones, llamadas y parchís. Después fui un viaje, y al cabo de unos meses, volví a mis brazos favoritos. Se logró. El 2020 me devolvió a mi flaco, y yo celebré la vida.
El recuerdo del año se lo lleva mi cumpleaños. La mejor noche de la vida.
Estas notas del año son más bien, una carta para recordarme lo increíbles que fuimos, o lo que hizo falta mejorar o cambiar. Esta carta es un poquito más para mí si les soy honesta, porque estoy muy orgullosa de todo lo que uno puede lograr cuando agradece. Y la vida es mucho más preciosa desde que elijo decir gracias.
Ahora sí, a lo que ustedes vinieron.
Muchísimas gracias a mi mamichi y al gordito: ¡Los mejores papás en toda la galaxia! Que la fuerza siempre nos acompañe (Al fin vimos todas las de Star Wars). Gracias por educarme, por quererme, por estar. Por las pláticas, los desayunos, las buenas noches. Por poner bonita la casa, y por sobre todo, por ponerme bonita la vida. Les amo.
Gracias a mi familia de al lado: El kutú crew. Gracias, mil veces gracias por recibirme, por las risas, por las noches de kaboom. Por la risa de little man, por el amor de Andie. Por los consejos, por no dejarme sola. Por estar, siempre por estar. Gracias por las comidas, por los paseos, por el calor de una familia. Ustedes tienen mi corazón.
Gracias a mi corazón naranja: Ainoha. Gracias infinitas a tu paciencia para explicarme TODO lo que pregunto al caminar a tu lado, o antes de dormir. Gracias por reírte conmigo, y también llorar. Siempre te quiero contar todo lo que me pasa porque sé que me escuchas atenta, y hacía tanto que no me sentía escuchada que haberte encontrado fue la mejor de las sorpresas que este universo me tenía guardada. Tú eres el girasol más amarillo que podría existir. Te amo infinitamente, gracias por llegar a mi vida. Estoy para todos los planes inesperados, siempre y cuando sean contigo. También gracias por presentarme a Marquito, que alimenta mi pancita con comida deliciosa y a mi alma con su personalidad tan bonita. A ti también te adoro un montón, y no puedo dejar de agradecer que ahora seas parte de mi vida.
Gracias a Astrid, Leslie y Lore. La familia que escogí. Quién pensaría que después de tantos meses sin vernos, nos llenaría por completo una noche en el techo tomando vino y riéndonos. Estoy tan agradecida con la vida por tenerlas aún en la mía, y saber que en cualquier momento podré acomodarme en sus hombros para descansar. Que el amor que por ustedes siento siempre se mantenga intacto y tan bonito. Las amo. Sus sueños siempre, siempre, serán los míos, y cada pequeña victoria suya es un orgullo para mí. Sigan creciendo como hasta ahora lo han hecho y no desistan, ustedes me motivan a ser.
Gracias a Jaz y a Cari, mis hermanas. Que aunque este año no nos hayamos visto, el siguiente los planes del viernes vuelvan y podamos tomarnos muchas fotos para que Cari esté feliz. Gracias por los abrazos a la distancia, sepan que las llevo siempre en mi corazón. Y que sí, sigo escuchando nuestra canción y la canto con ganas. Las extraño con toda mi alma, pero este amor se los guardo para cuando volvamos a abrazarnos.
Gracias a Imad, a Katya, Lachito, gracias por ser familia. Estoy muy orgullosa de todo lo que están logrando. Siempre su fan.
Gracias a Pau, Mafer y Bruno. Que nadie nunca descubra nuestras pláticas y que la emoción de sus sonrisas no se las borre nadie, sigan creciendo tanto como lo han hecho hasta ahora.
Gracias a mis amigos y amigas en general, recuerden que siempre estoy aquí para ustedes.
Y por supuesto, gracias a Larita. Gracias por seguir cuidando este amor junto conmigo. Gracias siempre por tus abrazos y tus besos. Gracias por no saber dejarme sola y por entenderme. Gracias por ayudarme a superar miedos, por llegar tarde a casa con tal de dejarme dormida y tranquila. Gracias, mil veces gracias a ti por ayudarme a ser mejor todos los días. Te amo con la fuerza de un oso que tiene la fuerza de mil osos. Eres el pedacito de mi alma que andaba perdida viendo el cielo a través de su cámara. Espero que este amor nos dure siempre.
Y en general, gracias a todos ustedes por seguir leyéndome.
Si este año te arrebató a alguien,
o tus planes cayeron frente a ti sin poder detenerlos,
o si tu alma está cansada,
te envío todo el amor del mundo en un abrazo,
todo volverá a estar bien,
y si no lo está: estoy contigo, para lo que necesites.
Que el 2021 nos encuentre agradecidos con lo que tenemos,
deseando siempre crecer.
Les amo con el alma,
Sam C.
La vida va.
Comentarios
Publicar un comentario