podríamos, quizás
podríamos, quizás, haber conseguido una casa
con una chimenea que sí pudieras encender,
y una cocina con ventanas grandes donde ver el atardecer;
pudimos haber tenido un sofá de color rojo
que combinara con las cortinas que no cambiaríamos tan seguido.
podríamos, quizás, haber tenido un jardín cubierto de pasto
dónde recostarnos los domingos a ver las nubes,
y quizás un perro, o quizás tres, y uno de ellos se habría llamado bolillo por mi insistencia.
podríamos, quizás, haber tenido estacionadas las bicicletas, una al lado de la otra, por sí te nacía acompañarme a perderle miedo a las calles.
pero no podremos.
y bolillo jamás existiría (al menos no contigo)
tampoco el jardín cubierto de pasto (pero sí veré las nubes, aunque no sea a tu lado)
mucho menos encenderás la chimenea (e igual puede que yo aprenda a encenderla)
y así, sucesivamente las cosas llegarán, y quizás no serán contigo.
no escogeremos nuestra estrella,
y no caminaremos a casa, juntos.
no sabrás qué me pasó durante el día,
y no llorarás conmigo cuando todo vaya mal.
ya no beberemos juntos, ni llegaremos a casa a dormir hasta la mañana siguiente.
ya no te cuidaré de todos los ruidos del barrio,
ni cerraré las cortinas para evitar que la luz te llegue a los párpados.
ya no te acabarás mis galletas,
ni escucharás mis canciones.
ya no te tronaré besos en la frente al verte dormido,
ni te acariciaré el cabello con ternura para decirte te amo sin decirlo.
ya no conoceremos otra ciudad juntos,
ya no te esperaré los domingos.
ya no me avisarás que llegaste a casa, que descubriste un acorde en la guitarra, que en la mañana, el cielo detrás la montaña se tiñó de un color azul extraño.
y yo ya no te esperaré.
podríamos, quizás, haberlo tenido todo.
pero tienes las manos llenas de ti mismo,
mientras yo me aferro a lo que queda de mí.
y yo te pude haber amado toda una vida,
o quizás
tan sólo quizás...
tan sólo quizás.
Comentarios
Publicar un comentario