Nota del año

Could you really be so tired and you thought it's wrong? Wave it down inside

Al momento de escribir te cuento que llegué a los 26 años, y que una ilustración me llenó de amor los días que no podía con mi cabeza kamikaze. La ilustración era bastante sencilla: un ave trabajando en una oficina preguntándose si realmente hace lo que más le gusta, y si, su yo pequeño estaría orgulloso de ello. De pronto, en una burbuja de dialogo aparece su yo chiquito quien le contesta: ¡No puedo creer que seguimos vivos! 

Y yo, muchos días en este año, no podía creer que sigo viva.

Viva, feliz, riéndome y durmiendo como si de ello dependiera mi existir. Y tal cual he descubierto, que los días donde el mundo es puro caos, no hay lugar más seguro que una cabeza libre de pensamientos destructivos y una cama tan suave, calientita y cómoda que abraza 24/7.

En un mundo caótico, mi lugar favorito soy yo cuando me propongo estar bien. 

No cambiaron muchas cosas, pero estoy segura que yo sí. Quien antes solía ser una chispa a punto de ser incendio, aprendió a ser cerillo soplado por viento; sólo necesitamos palabras amables para evitar prender en llamas todo lo que nos rodee. Y eso no habría pasado si mis minis no me lo hubieran enseñado a pulso. Cada vez que de nosotros y nosotras nace una palabra amable, el mundo es un lugar más habitable. ¿Recuerdas a los minis de primero? Volvieron a mí. Más grandes, más inteligentes, más amables, más cariñosos, ¡más preguntones! Y mira que a su miss le encanta responder cada pregunta que se nos presente en el salón. Cada esquina del mundo es un tesoro repleto de más preguntas y por consiguiente, más respuestas. Quien les viera tan maduros, tan increíblemente perspicaces. No me queda duda que quienes me explicaron que es una fossileria, el día de mañana harán de este planeta un lugar más interesante. Y por consiguiente, al hablar de palabras amables, nadie apapacha tanto mi corazón como ellos y ellas con sus frases tan salpicadas de amor. Y es que en cada pregunta respondida, también hay un gracias no dicho; y yo me lleno de orgullo porque aunque mi parte es mínima, ellos y ellas ya se están devorando el conocimiento habido y por haber en forma de dibujos, cuentos, poemas, frases, rimas y canciones. 

Y como en la clase de inglés: What do you want to be when you grow up? Kind. 

A mis minis (no tan minis si medimos de su cabeza al cielo, que es el tamaño de su imaginación y corazón) mil veces y siempre, gracias. 

¿Y yo? Yo llegué a los 26 como antes lo mencioné. Y aunque no me he dedicado al cien por cierto en todos los planes que llegan a mi cabeza antes de dormir, ahora sé que tengo la constancia para llevarlos (una vez que decida empezarlos). ¡Y esperen ver ese libro de ilustraciones de aquí a dos años! Promesa.

No toqué tanto el blog este año, aunque no dejé de escribir. Pero he descubierto que mi cabeza es una maquina de escribir que funciona todos los días y aunque sea por un minuto por la tarde o noche, me dedico unas cuantas palabras de amor antes de irme a dormir.

He aquí un secreto aprendido: somos nuestro mayor refugio. Así que me regalo un espacio.

Mi querida Sam: 

Este año a pesar de todo lo sufrible que pasó a revolcarnos como una ola, te vi solventar todos tus problemas con una mejor actitud que años anteriores. Estoy impensablemente orgullosa de escucharte tan habladora (otra vez) y contarle a quien quiera escuchar sobre tus pensamientos, miedos y alegrías. Te encontré más curiosa, más creativa, menos pesimista. También logré notar ese balance entre mente y corazón, y verte tan equilibrada sólo me hace pensar que los paseos en bici (aunque estén pausados hasta encontrar a una bicicleta nueva) te ayudaron a despejarte y encontrarte con tu centro. Y que alegría, también, saber que nadie (NADIE NUNCA) volverá a sacarte de ahí. Entre todas las lealtades que juras y guardas, nada me hace más feliz que saberte leal a ti misma.

Y por eso, y muchas cosas más: Te amo, te amo, te amo enormemente, mi Sam bonita de ojos preciosos y risa escandalosa. 

Pd: tomate los días de descanso que necesites. Yo aquí voy a estar para amarte aún más. 

Y miren que encontrar nuestro centro mientras todo cambia es un acto de valentía. No sé si lo saben, pero ahora vivo en una casita donde existe una perrita que salta como pulga, y donde las tardes son tan tranquilas que no puedo evitar dormirme porque sé que todo estará bien tan pronto abra los ojos. Además de que ahora vivo con el amor más bonito que existe. Y que bondad de la vida que nos mantiene existiendo al mismo tiempo, y en el mismo nido que cada día se llena más y más de nosotros en forma de objetos curiosos. Y por supuesto, del amor más tierno que mis manos han tenido la dicha de sostener y acariciar.

Que bonito año. Tan feliz, tan cálido, lleno de risas, de personas y por supuesto: de ustedes. Y claro, a lo que ustedes vinieron porque no podría no hacerlo. 

Gracias, por supuesto a mi mami y a mi papi. La llamada de emergencia y que recarga energías en los días pesados. Gracias por la escucha, por los abrazos y besos a distancia; también por las risas, por no dejar que me pierda de todos los detalles nuevos en casa. Gracias por recibirme, por acariciar mi cabello y por nunca desistir conmigo. Sé que soy todo lo que ahora soy porque tuve el mejor ejemplo posible. 

Gracias a mi mani. Mi cuchui original. Gracias por el tiempo, por las palabras, por las risas que nacen de saber quien y dónde, pero que se quedan guardadas para siempre en mí. Aunque no compartamos el mismo techo, compartimos la misma sangre y eso es más sagrado que cualquier otra cosa; que si bien la vida nos tiene de arriba a abajo, los días que compartimos aún me siento tu hermana chiquita a la que llevabas a la tienda de la mano. La vida es tan bonita que entre tantas personas, me tocaste tú como mejor amiga, también. Y yo te amo tanto, que me basta una risa tuya para saber que todo, en todos lados, duele menos. 

Gracias a Licha y a Mila por llenar de amor y pelitos mi existir. A ellas, mi corazón entero. 

Gracias a Astrid, Leslie y Lorena, por supuesto que gracias a mis niñas. ¿10 años? ¿11? La cuenta no la llevo, pero el amor por ustedes sí. Y no importan las distancias, nunca importarán, porque la familia que escogí siempre está cerca. He descubierto que somos fotografías, canciones y audios; que somos una tarde jugando kaboom y también somos una llamada de ánimo. Somos un desayuno familiar tomando café en la Luciérnaga, planeando viajes que hasta el momento no se han hecho (prometo ahorrar más) y que por sobre todas las cosas, son las hermanas que la vida me destinó para ser más feliz. Y yo, con cada año que pasa, siempre confirmo que mi corazón no se equivocó al escogerlas como mis mejores amigas. No hay nadie que pueda tomar su lugar, ni por un segundo. Mi lealtad las elegiría ante cualquier situación. Y para siempre, por siempre, ustedes son mi hogar.

Aprovecho el espacio: Mi querido pececito. Tú no me conoces al cien, pero he besado tu pecera un par de veces para que me recuerdes porque tienes que saber que de tus tías, seré la más ausente, pero sin duda, la que siempre te tendrá libros para colorear, y dibujos nuevos siempre que se los pidas. No tengo idea si realmente te llamaras como tus papás tienen planeado, pero para mí siempre serás un pececito, porque los pececillos viven en espacios grandes y muy bonitos; y eso es lo único que deseo para ti. Desde que supimos donde habitabas, he pegado brincos de alegría al pensar que algún día dibujaremos juntos y nos reiremos de tu tía Leslie o de tu tía Lorena. También de tu mamá, por qué no. Sólo quería agregarte a esta nota del año porque tu existencia fue una de las mejores sorpresas en mi vida. Te amo con todo mi corazón. No sé como será tu cara o el tono de tu voz, pero quiero que sepas que aquí ya tienes a alguien más que promete con la vida amarte con cada segundo que pase. Feliz año nuevo, pececito. Te ama mucho (más que tía Leslie y tía Lorena) tu tía Sam. 

Gracias a Mafer, por reaparecer en mi vida y por nunca haberme soltado. Te amo, hermana. Que alegría verte llenándote de más logros, aprendizajes y experiencias. Acuérdate que nuestra existencia es precisamente eso, nuestra. Y nadie más puede (ni debe) decirte como existir. Gracias por querer a mi familia como yo quiero a la tuya; y gracias también por nunca dejar de ser mi lugar seguro y un momento de escape. 

Gracias a Ainoha, mi corazón naranja. Ni la distancia más grande va a separarme de una de mis mejores amigas. De alguien que escucha atenta a cada situación que necesito contar; quien se ríe de mis desgracias pero me abraza fuerte y no me suelta. Aquí siempre tienes a alguien feliz por todo lo que ocurre en tu vida. Cada victoria tuya es un aplauso muy fuerte desde lo más cálido de mi corazón. Te amo mucho, y estoy muy agradecida con la vida de que por fin te hayan dado lo que más merecías: ser feliz y no morir de estrés por ello. 

Gracias a Katya y a Imad también, por los abrazos, las risas, una casita bonita donde poder comer rico mientras disfruto que existir con ustedes es un apapacho al corazón. Gracias por siempre compartir su espacio para que los Roque Cancino puedan coexistir. Que la vida nunca me los quite y siempre me los tenga cerquita. 

Gracias a Fercho, Buenrostro y Luis, por siempre tener una ocurrencia, un abrazo, un cariñito o una mentada de madre para revivir.

Gracias a Mayan y a Ivonne, porque a pesar de que nos vemos cada tanto, cada ocasión que coincidimos podemos reírnos de que la vida adulta es una patada en los huesos. Y que alegría que a pesar del tiempo, sigo encontrando en ustedes abrazos tan sinceros que no podría cambiarlos por algo más.

Gracias al equipo La Salle, también, por nunca soltarme y por enseñarme con amor. Gracias por la instrucción y los ánimos, siempre. Me alegra pensar que algún día llegaré a ser tan increíble como ustedes lo son. 

Gracias en general a todos mis amigos y amigas; aunque no siempre esté presente en mensajes, sepan que estoy abierta a escucharles y leerles siempre que lo necesiten. 


Y por supuesto, claro que sí, gracias, mil veces gracias a mi Alfie.

A ti ya te he dicho miles de veces que no imaginaba terminar el año a tu lado (tanto como eso sea posible, porque la distancia me las juega chueco con mucha gente, incluido tú) pero que no podría estar más agradecida por ello. La vida se esperó hasta que yo estuviera lista para mandarme un amor tan maduro y tan bello como el nuestro; no podría imaginarme este año con nadie más que no fuera contigo; contigo y tus dientes separados, tu cabello eternamente lacio y tus manos que no sólo acarician, sino curan, cuidan y protegen. Yo sé que nuestro coexistir no es una coincidencia, algo más grande que nosotros observó nuestro andar y comprendió que de alguna forma, nos teníamos que llegar a amar. Y que tan bien le salió el chiste al destino, que ahora vivir contigo se siente como una recompensa a todas las sillas vacías a la hora de comer; se siente como una recompensa por cada tarde vacía y cada abrazo no correspondido. Tu existir fue mi parte favorita del año, y del siguiente, el siguiente, y del siguiente al siguiente. Porque yo sé que contigo es (y cruzo los dedos para agregarle el doble de suerte a mi buena suerte que contigo es). 

Gracias por ese viaje a la playa, por las canciones compartidas, por todas las puertas del carro abiertas después de un día largo. Gracias por la comida y la ropa calientita, por los tés que parecen agua de charco. Gracias por las sudaderas, los calcetines, las almohadas, las cobijas, las risas, los abrazos, las duchas largas, los andares coordinados. Gracias por presentarme a tus personas, que ahora les quiero mucho (A tu mami, a Milos y a Vic). Te amo tanto como le sea posible amar a un cuerpo de 1.55 que ahora es el doble de feliz porque a donde quiera que va, le acompaña el amor más honesto que podría haber. 


Y ahora que las gracias se acabaron de escribir (nunca de dar)

sólo me resta desearles un feliz, muy feliz 2023.

Que la vida me les apapache y les dé oportunidades enormes de crecer y sentir.

Que el dolor les encuentre únicamente en los días que estén preparados y preparadas para sentirlo.

Y que siempre que el cansancio les rodeé, ustedes puedan abrazarlo y aprender a descansar, que no hay nada de malo en tomarse un día libre de vez en cuando.

Un día a la vez. 

¡Les amo infinito!

Sam C. 

(Que llegó a los 26 y su Sam de 7 años no lo puede creer).



Comentarios

Entradas populares