Soñé contigo

soñé contigo.

soñé contigo otra vez, perrito.

¿será que el novio llamándome por ese apodo me recordó a ti?

o será que es el otoño,

y ya es otro otoño donde no hay aroma a perro mojado,

donde no hay tarde naranja y tu pata en mi mano,

donde no hay solecito en la entrada de casa y tú no roncas a mi lado.

pero, soñé contigo.

y soñé que te picaba una serpiente,

se te hinchaba la pata

y llorabas mucho.

y yo en el sueño, de no sé donde, saqué valor y maté a la serpiente,

porque me dolió verte llorar, perrito.

llorabas, llorabas y llorabas,

buscabas, buscabas y buscabas un abrazo,

y yo mientras te abrazaba te decía que dejaría de doler,

que la pata se iba a deshinchar,

que te iba a cuidar hasta que te sintieras mejor.

y perrito,

yo sé que no era la situación ideal,

pero te abracé, perrito, y lloré por dentro,

porque... ¿hace cuánto que no te abrazo?

¿hace cuánto que no hay abrazo lleno de pelos negros que revolotean a mi alrededor?

¿hace cuánto que no hay un te amo en tu oreja, una palmada en tu panza?

un todo estará bien, todo dejará de doler.

¿hace cuánto que no hay... perrito? 

nunca quise la picadura de una serpiente,

pero te tuve entre mis brazos una vez más y bendita sea la serpiente.

y quizás si el subconsciente me anda mandando mensajes

de que ser valiente en este punto de la vida sin ti es la única opción,

pues que me los mande, pero con situaciones más bonitas,

nunca hizo falta la serpiente.

tal vez es la forma en la que nuestra existencia sigue atada,

a través de sueños donde aún nos recordamos que todo estará bien,

que todo dejará de doler.

y si esa fue tu forma de decirme "aquí estoy, yo te cuido",

desde un cielo azul donde todos los días son otoño,

y todos los días el sol brilla en la tarde, y las nubes forman la entrada de casa,

y tú me esperas a que llegue, de algún lado, pero que llegue,

entonces, perrito, entendí tu mensaje

y solamente me queda decirte que soñé contigo,

y que te extraño tanto o más que cualquier otro día,

pero que, gracias, por decirme que sigues conmigo. 


Te amo hoy y siempre, perrito.

Solamente ya no me mandes mensajes con serpientes. 




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